RSS

Archivos Mensuales: marzo 2012

La leyenda de la Casa de los Gatos

En la Villa hubo un tiempo, allá cuando los Austrias, en que la población de gatos de cuatro patas aumentó tanto que constituyó un auténtico problema de insalubridad. El Concejo decidió tomar medidas para acabar con la plaga y empezó a dar recompensas por cada gato que se cazase y a soltar perros feroces en las calles para que acabasen con los mininos.

Había por aquel entonces una casa habitada por dos ancianas que, en nuestra época, hubiesen cumplido con todas la condiciones necesarias para ser recogidas por el SAMUR social, y la casa vaciada por los servicios de recogidas de basuras municipales, pues era recipiente de toda clase de desperdicios e inmundicias. Esta casa se convirtió en refugio de los felinos, que acudieron a ella por decenas, y no en busca de alimento, pues en ella la necesidad se sentaba todos los días a la mesa, sino porque las ancianas los acogían y allí estaban a salvo de cazagatos y de perros furiosos. Y algo de comer siempre les daban, al menos para ir tirando. Un mal día los vecinos empezaron a oír unos maullidos como nunca habían oído antes, unos maullidos antinaturales que causaban pavor. A partir del día en que los empezaron a oír, también dejaron de ver el habitual trasiego de gatos que entraban y salían de a casa o que ronroneaban al sol en el tejado. Y también dejaron de tener noticias de las dos ancianas.

Al cabo de varios días de no verlas y de que el habitual hedor que despedía la casa fuese en aumento avisaron a la justicia, y dos corchetes, con la prosopopeya propia de la época, forzaron la puerta y penetraron en aquella sordidez seguidos por un buen número de curiosos. El espectáculo que contemplaron les heló la sangre. Sobre el suelo yacían las dos ancianas. Devoradas por los gatos. El dictamen oficial fue que ambas habían muerto de muerte natural y que los gatos, faltos de quien les diese comida, habían encontrado el alimento por su cuenta. Pero ¿muerte natural? Dado el nivel científico de la medicina forense de la época ¿sería exagerado dudar de que se pudiese determinar indubitablemente que las ancianas fueron devoradas después de su muerte y no en vida, víctimas del ataque de una jauría de decenas de felinos hambrientos? Quizá la respuesta a esta duda la hubiesen podido aclarar las dos sombras que a partir de entonces vieron deambular por la calle, ora por las aceras, ora por los tejados, y cuya sola presencia bastaba para que cualquier felino, por alejado que estuviera, huyese lanzando maullidos empapados de todo el terror de este mundo. Las sombras se dejaron de ver un buen día, a lo mejor porque sus refugios, los rincones sombríos de la calle, fueron derribados por las modernas luces eléctricas.

 
 

Los manuscritos de Einstein llegan a Internet

Albert Einstein célebremente escribió que la imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento, dijo, es limitado. «La imaginación envuelve al mundo».

Fue la fuerza de su propia imaginación la que hizo de Einstein la figura científica más destacada del siglo 20. El lunes, en la Universidad Hebrea de Jerusalén, los custodios de sus escritos han anunciado el lanzamiento de un nuevo archivo digital que esperan ayude a extender la curiosidad intelectual que convirtió al físico de origen alemán en el científico más famoso del mundo.

«El conocimiento no se trata de ocultar, se trata de la apertura», dijo el presidente de la Universidad Hebrea, Menahem Ben-Sasson, durante el lanzamiento de un nuevo sitio web público que los archivistas esperan que pronto proporcione un fácil acceso a todos los escritos personales y profesionales de Einstein.

El archivo, que está compuesto de más de 80.000 documentos que abarcan 76 años de la vida de Einstein, incluye manuscritos de sus obras científicas y no científicas, su correspondencia con colegas científicos y no científicos, y sus escritos con amigos y familiares.

Einstein legó toda su obra y patrimonio intelectual a la Universidad Hebrea, que ayudó a fundar en 1925.

La universidad dice que toda la colección ha sido digitalizada, pero en un principio, el sitio web permitirá a los espectadores el acceso a 2.000 documentos seleccionados. El próximo año, dijeron los archivistas, esperan que más de 30.000 documentos estén disponibles.

El nuevo sitio web está construido sobre un sitio web de archivo anterior que fue iniciado en 2003. Unifica los documentos de Einstein que habían sido recopilados por los Archivos Albert Einstein en la Universidad Hebrea y el Einstein Papers Project del Instituto de Tecnología de California (Caltech), donde Einstein fue profesor visitante en los cursos de invierno de 1931, 1932 y 1933. En conjunto con la Princeton University Press, el Einstein Papers Project ha publicado hasta el momento 12 volúmenes, que incluyen los escritos del físico y su correspondencia hasta 1921.

El documento más famoso que será publicado en línea es el manuscrito original de 1916 de la teoría general de la relatividad de Einstein. El innovador trabajo científico anuló la teoría de la gravedad de Newton e introdujo el concepto del continuo espacio-temporal de cuatro dimensiones.

Otros documentos científicos notables incluyen el manuscrito de 1946 que esboza la famosa fórmula de Einstein E = mc2, y cerca de 14 cuadernos de conferencias que Einstein dio mientras estaba en Alemania y Suiza.

Con el sitio web, los usuarios pueden examinar cada página de estos y muchos otros documentos famosos con detalle de alta resolución, y algunas de las partes de las páginas individuales pueden ser examinadas de cerca.

«De esta manera, el contenido de los archivos puede ser explorado a través de una nueva interfaz fácil de usar y adaptada para este objetivo», explicó la directora del proyecto, Dalia Mendelssohn.

En la base de datos del archivo, pueden realizarse búsquedas por tema y fecha, y en los próximos meses ofrecerá un creciente número de traducciones al inglés de los documentos escritos en alemán, dijo Mendelssohn.

Pero más allá de hacer ampliamente disponible la documentación original de las teorías científicas de Einstein, la universidad también está poniendo a disposición miles de páginas de documentos personales del científico. Algunas de ellas no pintan un retrato muy elogioso del melenudo investigador a quien tanta gente llegó a amar y admirar.

En la colección en línea serán incluidas algunas de las dos docenas de cartas de amor que Einstein escribió a su segunda esposa, Elsa Lowenthal. Y que fueron enviadas mientras él aún estaba casado con su primera esposa, Mileva Maric.

El profesor Hanoch Gutfreund, jefe del archivo de la Universidad Hebrea, reconoció que la bien conocida inclinación de Einstein por mantener relaciones fuera del matrimonio planteó un dilema al decidir cuáles documentos personales estarían inicialmente disponibles en el sitio web.

Antes de que los documentos de Einstein fueran publicados por primera vez en la web, dijo, consultó a expertos legales de la universidad y se le dijo que, debido a que todos los mencionados en las cartas ya habían fallecido, era permisible hacerlos públicos.

«Si dejas pasar el tiempo suficiente, es apropiado», explicó Gutfreund.

Los documentos personales también revelan más detalles acerca de los pensamientos de Einstein sobre el nacionalismo, el sionismo y la creación de un estado judío.

En una carta escrita en 1930 al editor de un periódico árabe, Einstein sugiere que la creciente violencia entre judíos y árabes podría ser resuelta mediante la convocatoria a reuniones secretas entre los representantes de ambos grupos, cuyos diálogo podría «en última instancia, conducir a un estado en el que las diferencias podrían ser gradualmente eliminadas».

Gutfreund dijo que publicar de manera amplia la colección no sólo sirve para introducir la ciencia revolucionaria de Einstein a un nuevo público, sino que expondrá a una nueva generación a un hombre «que más que nadie en la primera mitad del siglo 20 expresó sus puntos de vista sobre todos los temas que estaban en la agenda de la humanidad».

«Eso es algo que es único acerca de Einstein», dijo Gutfreund

Funcionarios de la universidad hebrea esperan decenas de millones de visitantes en el sitio web durante la primera semana.

El médico Leonard Polonsky, un filántropo británico que ayudó a financiar el Einstein Project, inició un programa similar en la Universidad de Cambridge con los documentos de Sir Isaac Newton. Ese sitio web atrajo 29 millones de visitas durante las primeras 24 horas en línea.

Los papeles de Einstein, dice Polonsky, ayudan a revelar «la exploración intelectual y desarrollo del científico y su relación con otros pensadores de su tiempo. Mucho de ello será expuesto en este material, así que es algo muy grande».

Fuente: Arkantos

__,_._,___

 
 

Los 10 principios de la Felicidad

1- Nadie va a darme la felicidad, sólo yo puedo conseguirla. En este primer pensamiento, el ser humano toma la responsabilidad de su vida e inicia una búsqueda y un esfuerzo por encontrar eso que tan…to busca.
2.- Yo soy un ser único en toda la tierra, nadie me comprende mejor que yo, y nadie sabe lo que yo necesito mejor que yo. En este segundo principio se dan las bases para eliminar cualquier ofensa que las personas reciban de parte de otras; cualquier comentario que deprima a una persona podrá ser nulificado bajo este principio, ya que la persona reconoce que nadie puede opinar acerca de ella, puesto que nadie la conoce mejor que ella misma.
3.- Lo que recibo ahora es lo que sembré ayer, y lo que siembre ahora será lo que reciba mañana. Este tercer principio permite al ser humano reconocer que los problemas actuales son resultado de acciones incorrectas del pasado, pero que, por lo mismo, el momento presente es el indicado para ir sembrando un futuro.
4.- Ni el pasado ni el futuro pueden lastimarme, sólo el presente tiene valor en mi vida. Entendiendo este cuarto principio, la persona le dará todo el valor que tiene su momento presente y le restará importancia a los hechos pasados que le causan remordimientos, y a los hechos futuros que le causan angustia.
5.- Sólo yo decido lo que debo hacer en este momento. Es decir, el ser humano entiende que las influencias ajenas son tan sólo eso, influencias, y él es el único que puede decidir qué hacer en ese instante.
6.- Sólo en el amor y en la paz interior puedo tomar las decisiones correctas. Es decir, si hemos de actuar en el tiempo presente, tendremos que hacerlo en paz y con amor, pues de esta manera, las acciones que tomemos estarán inspiradas en nuestra más alta capacidad tanto de servicio como de inteligencia.
7.- En mis decisiones tomaré siempre en cuenta el beneficio de los demás. Es decir, tomaré aquellas decisiones que beneficien a la mayor cantidad de personas; de esta forma, mi vida se estará encaminando hacia la más alta gloria que es la de recibir la compensación por el servicio prestado a los demás.
8.- Mi cara es el reflejo de mi estado interior. Es decir, cuidemos siempre el aspecto de nuestro rostro, adornémoslo siempre con la sonrisa, y que los ojos se encuentren siempre prestos a mandar una mirada de amor, porque de esta forma estaremos reflejando la serena armonía de quien ha aprendido a caminar en el sendero de la felicidad.
9.- Soy una mujer al servicio de la humanidad. Es decir, todo lo que yo haga, todo lo que yo diga, todo lo que yo piense o sienta, servirá para gloria de la humanidad, o bien, para perdición de ella.
10.- Yo tengo una misión en la vida, ser feliz y hacer feliz a los demás. Este último principio da sentido a nuestra existencia, y, a la vez, orienta nuestros esfuerzos hacia el beneficio de toda la humanidad…

 
 

La obra inédita de Mozart

pi
pi

Mozart.jpg

Hace tan sólo unos días los aficionados a la música clásica quedamos gratamente sorprendidos por el descubrimiento en el ático de una vivienda privada en Lechtal, de una obra inédita de Wolfgang Amadeus Mozart. Se trata de una composición de juventud que el genio de Salzburgo realizó cuando apenas contaba con apenas 11 años.

No obstante, y a pesar de que la noticia se publicó en numerosos medios, en ninguno de ellos se podía escuchar este inédito «Allegro Molto»o al menos yo no encontré ninguno que ofreciera la audición de esta nueva pieza… hasta hoy.

Gracias al siempre interesante twitter de Matthias Rascher he llegado hasta el proyecto del Stiftung Mozarteum Salzburg en colaboración con Preiser Records Viena para interpretar por primera vez esta nueva obra de Mozart.

Una composición asombrosa que da buena cuenta de cómo se las gastaba el jovenzuelo Mozart a esas edades. Así pues nos vamos de estreno mundial, silencio en la sala, preparen sus altavoces porque de manos del pianista Florian Birska os invito a la Premier Internacional del (hasta hoy) inédito Allegro Molto in C Major de Wolfgang Amadeus Mozart.

C42Enw40im8?utm_source=feedburner&utm_medium=email

 
 

Revelan 10 leyendas urbanas que resultaron ser reales.

Relatos estremecedores y terroríficos hemos escuchado cientos de veces, y aunque parecieran ser simples cuentos de horror, hay algunos que son cien por ciento verídicos.

De niño, más de una historia contadas por nuestros amigos o familiares nos hicieron pasar noches en velo, atemorizados y buscando por todos lados de la recámara que no hubiera algo que perturbara el orden.

Estos relatos, la gran mayoría, son producto de la imaginación o forman parte de la tradición popular de algunos sitios. Sin embargo, existen muchos otros que se han originado a raíz de hechos verídicos que a más de uno, le pondrían los pelos de punta.

Algunos sitios de internet reunieron varias leyendas urbanas que resultaron reales y te presentamos 10 de ellas.

1. Las escaleras eléctricas te pueden tragar. Para cualquier niño le resulta irresistible jugar en las escaleras eléctricas; de inmediato, la reacción de los padres es decirles que dejen de hacerlo, pues sus agujetas o pantalones podrían atorarse, lo que implicaría un accidente mayor, que una simple caída.

Aunque nos parezca inverosímil, pues seguramente no hemos

escuchado de algún percance en estas escaleras, resulta que los mayores tienen razón. Según cbsnews.com, cada año son atendidas cerca de 10 mil personas cuyos pies han sido «devorados» por estos escalones eléctricos.

Está comprobado que tanto los escalones como el barandal, pueden llegar a amputar los dedos de las manos y los pies. Personal que se dedica a darles mantenimiento, han señalado que

los peligros principales son: «los dientes» desgastados de estas escaleras, tornillos que salen de su lugar y agujeros en los cuales cualquiera pudiera atorarse. Así que mucho cuidado cuando las utilice.

2. La niña del closet. Cuántas veces nos ha sucedido que ya estando descansando en la recámara, sientes esa sensación de que alguien te está espiando desde el armario. Algo similar le sucedió a un hombre en Japón, al que misteriosamente se le desaparecían objetos de su casa y quien despertaba por las madrugadas debido a ruidos, pero que al inspeccionar su hogar, no encontraba nada.

Desesperado, se le ocurrió armar un circuito de videovigilancia casero, el cual accionó una noche; al día siguiente, se llevó la sorpresa de su vida al ver cómo alguien salía de su closet, que se le acercaba para percatarse de que él en realidad estuviera durmiendo y no se trataba precisamente de un fantasma.

El japonés acudió de inmediato con la policía, pues podría tratarse de algún asaltante. De inmediato, emprendieron la búsqueda y localizaron a esa persona. Se trataba de una mujer indigente, que por más de un año vivió a escondidas en el armario y, que cuando se iba el dueño de la casa, comía y se bañaba en el lugar.

3. El collar explosivo. En varias cintas de terror hemos visto cómo el asesino puede obligar a sus víctimas a realizar cosas impensables. En la cinta Saw 3, el malo le pide a un hombre que se coloque en el cuello un collar repleto de artefactos explosivos.

Seguramente el guionista cuando escribió esta escena se inspiró en un suceso acontecido en 2003, en Pensilvania. Brian Wells era un repartidor de pizzas, que aquel 28 de agosto se dirigía, supuestamente, a entregar un pedido. Después de varias horas desaparecido, Wells se encontraba en un banco, armado con una escopeta y al cuello llevaba un collar explosivo.

La policía arribó rápidamente al lugar; Brian aseguraba que alguien más le había obligado a cometer el delito y que por favor le ayudaran a desactivar el collar; los agentes no le creyeron y minutos después, fueron testigos de cómo el hombre se desintegraba por una explosión. A los pocos días, se detuvieron a varios hombres, mismos que confesaron haber obligado al joven a ser cómplice en el robo, por lo que la sociedad criticó duramente el actuar de sus vigilantes.

4. La llamada asesina. Clásica escena de película de terror en donde en medio de una fuerte tormenta, alguien recibe una llamada telefónica misteriosa y acto seguido, se ve el cuerpo de la víctima.

En 1985, la prensa divulgó un acto similar a éste. Se trataba de un joven de 17 años de edad, llamado Jason Findley, quien fue encontrado muerto sobre su cama con un teléfono en la mano.

Al principio, se especuló que el adolescente fue asesinado; sin embargo, la teoría se descartó al no encontrar ningún golpe o herida en su cuerpo. Médicos forenses concluyeron que Findley falleció a causa de una descarga eléctrica que cayó sobre el cableado telefónico, misma que recorrió toda la línea hasta llegar al auricular, lo que paralizó su corazón. Entre1984 y 1986, en Estados Unidos, cerca de un centenar de personas murieron también por dicha causa, señala nytimes.com.

5. Elevadores que decapitan. Cuando utilizamos el ascensor, nos apresuramos a subirnos, pues alguien por ahí nos ha contado que otra persona vivió una desgracia al momento de cerrar las puertas. A nadie le gustaría que éstas nos aprisionaran, de por sí ya se siente angustia cuando pasan con nuestros abrigos, bolsas y mochilas.

Un gravísimo accidente en el elevador, es el que le ocurrió a Hitoshi Nikaidoh, en un hospital de Houston, Texas. El doctor iba entrando al ascensor, cuando de repente las puertas se cerraron, su cabeza quedó atrapada. Una mujer que estaba ahí, presionó varias veces el botón para abrirlas, pero no funcionó, por lo que el aparato se elevó y Nikaidoh murió decapitado.

6. Pájaros vengativos. Lo plasmado por Alfred Hitchcock en la película «Los Pájaros», a más de uno les causó pesadillas, cierta aversión y temor a dichos animales. La ciencia ha descubierto que, en particular, los cuervos pueden identificar rostros humanos e incluso, saber cuándo alguien está atemorizado.

Pero, ¿sentirías temor por los gallos? Parecieran ser inofensivos, aunque un hombre llamado José Luis Ochoa, no debe pensar lo mismo. Él se dedicaba a la crianza de gallos de pelea y a la organización de dichos eventos. En más de una ocasión fue reprendido por las autoridades, cosa que poco le importó y siguió con su negocio.

En alguna de esas peleas, probablemente uno de sus enemigos, cambió las navajas por cuchillos en uno de sus gallos, el cual saltó sobre José Luis hiriéndolo en una arteria que cruza la pierna, ocasionándole la muerte.

7. Esqueletos encontrados en construcciones antiguas. Un grupo de hombres se encuentran trabajando en la remodelación de un edificio cuando, de repente, al derrumbar una pared se topan con un esqueleto, el cual corresponde a una persona que desapareció hace muchos años.

¿Cómo es que pudo llegar ahí?, sería la pregunta que cualquiera pudiera hacerse. Pues bien, esta es la historia de José Schexnider, cuyos restos fueron hallados en el Banco Nacional de Abeville. Obreros trabajaban en la remodelación del segundo piso cuando descubrieron una placa metálica en una de las paredes; la quitaron y encontraron un tiro de chimenea en cuyo fondo, se encontraban los huesos de este hombre. Hasta ahora, se desconoce cómo es que llegaron hasta ahí o cómo quedó atrapado.

8. Enterrado vivo. Una de las situaciones límite que jamás nos gustaría experimentar, es ser enterrado por error; lo malo es que nadie puede garantizarlo, pues esto ha pasado ya en varias ocasiones.

A Liang Jinshi le sucedió. El hombre de 40 años es diabético y fue declarado muerto. Un domingo, su cuerpo fue enterrado y su esposa, tras la fatídica pérdida, acudió tres horas después a la tumba de su marido. Sorpresa la que se llevó la mujer cuando de repente escuchó que Liang pedía auxilio. El hombre fue rescatado y los médicos no descartaron un posible caso de catalepsia, describe absurddiari.com.

9. Vampiros en busca de humanos. Los vampiros que se muestran en la saga de «Crepúsculo» podrían estar basados en historias reales. Esos seres que observan a los humanos desde lo más alto del bosque, son muy semejante a hechos ocurridos en Perú.

Las autoridades arrestaron a una banda de asesinos que operaban en la parte más alta de una selva de dicha región; cuando fueron capturados, encontraron restos de personas y varias botellas de plástico llenas, de lo que al parecer era, grasa humana.

Los hombres confesaron que capturaban a cualquiera que pasara por los caminos que se encuentran en el lugar, para posteriormente matarlos y extraerles el cebo del cuerpo, misma que era vendida a fabricantes de cosméticos que operan en el mercado negro.

10. Llamada desde el más allá. También suena como a película o historia de terror que alguien reciba una llamada telefónica de alguien fallecido.

Esto es lo que le sucedió a la familia de Charles Peck, quien viajaba en un tren de California que se impactó con otro de carga, falleciendo unas 25 personas al instante. La familia de Peck, sabiendo que él viajaba en el tren, no se separó de la televisión y vio el resultado de la catástrofe; de repente, recibieron llamadas desde el celular de Charles, aproximadamente 35 minutos después del choque. Nadie pudo explicarse cómo es que sucedió, pues Peck era uno de esos 25 fallecidos.

¿Qué otra leyenda urbana conoces que se base en un hecho real?

Fuente: Jesús Quintana

 
 

Consecuencias de dejar a tu novio cuando se va a la guerra.

La Guerra del Rif (1911–1927), fue un enfrentamiento originado en la sublevación de las tribus rifeñas (región montañosa del norte de Marruecos) contra la ocupación colonial española. El contingente español estaba compuesto en su mayoría por soldados de reemplazo que no entendían aquella guerra y que sólo deseaban volver a sus casas.

Uno de estos jóvenes soldados tenía asombrados a todos sus compañeros del destacamento por el cariño que continuamente demostraba a su novia: escribía cartas todos los días, no paraba de hablar de ella, mostraba su foto a todo el mundo… Pero dicen que la distancia es el olvido. Un buen día recibió una carta de su novia, cuando vieron la expresión del muchacho comprendieron que eran malas noticias… le dejaba porque había conocido a otro con el que pensaba casarse y, además, le pedía que le devolviese la foto. Los comentarios de sus compañeros mejor no reproducirlos. Como tener la moral baja y la cabeza en otro sitio, en medio de una guerra, es harto peligroso, sus compañeros decidieron echarle una mano para darle un escarmiento. Reunieron las fotografías de las novias de todo el destacamento, incluída la de la susodicha, y se las enviaron en un paquete con una nota del soldado:

Haz el favor de quedarte con la tuya y devolverme el resto. Créeme que lo siento pero no recuerdo bien cuál es la tuya.

Fuente: Aprender del pasado – José Manuel Pina Piquer / Javier Sanz.

 
 

El joven John Simpson y su burro, los héroes de Galípoli

John Simpson Kirkpatrick nació en South Shields (Inglaterra) en 1892; era un muchacho solitario, siempre rodeado de animales y que desde muy joven ya comenzó a dar muestras de su carácter: con sólo 13 años salvó a dos niños que se estaban ahogando en el río Tyne. Cuando tenía 17 años falleció su padre y asumió el papel de sostén de su madre y hermana. Un año más tarde se enroló como fogonero en el buque de la marina mercante SS Yedo. Durante el viaje a Australia se dio cuenta de que aquello no era lo suyo: demasiado tiempo encerrado sin ver la luz del sol, una férrea disciplina… Cuando llegaron a Newcastle (Australia) desertó. En Australia trabajó cortando caña, en las minas de carbón y, sobre todo, como pastor. A pesar de no ganar mucho, seguía enviando dinero a su familia aunque a él apenas le quedase para sobrevivir. Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, John se alistó en la ANZAC (Australian and New Zealand Army Corps) y fue asignado al Cuerpo Médico como camillero. Nada se le había perdido a John en aquella guerra, para él era sólo una forma de poder regresar a casa… el convoy de la ANZAC, con el SS Medic donde él fue embarcado, partía hacia Europa.

Pero todo se torció… el convoy fue desviado a Egipto y unos meses más tarde a Turquía. La batalla de Galípoli, también llamada batalla de los Dardanelos, fue una operación combinada, en forma de desembarco, entre británicos, franceses y la ANZAC para controlar el estrecho de los Dardanelos. Algún error de cálculo y la bisoñez de los mandos dejaron a las tropas aliadas atrapadas entre el mar y las colinas en poder de los otomanos. El gran número de bajas obligó a reducir el número de camilleros por unidad a dos, y Simpson, que siempre se entendió mejor con los animales que con las personas, decidió, por su cuenta y riesgo, que su compañero sería un burro que había encontrado en la ladera de la montaña al que llamó Duffy. Con Duffy se dedicó a llevar los heridos desde el frente hasta la playa y cuando regresaba a recoger más, llevaba agua a los soldados.

Todos los días desde las 6.30 de la mañana hasta que anochecía, entre disparos y metralla, atravesaba el campo de batalla para recoger a los heridos. Como actuaba por su cuenta, incluso dormía y comía con los soldados indios de una unidad de artillería que tenían mulas, su oficial al mando le amenazó con arrestarle por indisciplina… cuando vio la popularidad y respeto que se había ganado entre la tropa se olvidó del tema. Durante 24 días, y unas 15 veces al día, Simpson y Duffy estuvieron atravesando aquel infierno hasta que… el 19 de mayo de 1915, con apenas 22 años, un francotirador acabó con su vida. Habían rescatado más de 300 soldados.

Fue recomendado para varios galardones pero, hipócritamente, se le denegaron por sus actos de indisciplina. Aún así, en años posteriores y como reconocimiento a su labor, la imagen de Simpson con Duffy y un soldado herido apareció en sellos, billetes y monedas.

Fuentes: Simpson and his donkey, Australian War Memorial / Javier Sanz

 
 

Desapariciones masivas de soldados…

La Batalla de Gallipoli o Batalla de los Dardanelos, tuvo lugar en la península turca de Gallipoli en 1915 durante la 1º guerra mundial y en este episodio de la guerra ocurrió una de las desapariciones masivas (267 soldados) más famosas y enigmáticas de la historia.

Entre marzo y agosto de 1915 las tropas aliadas tratan de conquistar la península de Gallipoli, Turquía. El 21 de agosto, al sur de la bahía de Suyla, 22 soldados neozelandeses pertenecientes al cuerpo de ingenieros observan desde una posición elevada cómo tropas del Comando Unido de Australia y Nueva Zelanda (CUANZ) intentan tomar la cota 60. A media mañana ven una densa nube de forma singular descender hasta cubrir el lecho seco de un río cercano a esa cota. Aparece entonces un batallón inglés, que sube por el lecho del río para ir a apoyar a la CUANZ.

267 soldados británicos continúan su marcha, entrando en la nube. Pero no saldrán de ella nunca más. Nada más desaparecer el último de los ingleses en su interior, la nube se eleva suavemente para alejarse flotando poco a poco, en dirección contraria a la del viento. Tres de los soldados neozelandés relatarán este incidente 50 años después, durante una reunión conmemorativa de la CUANZ. Documentos de la época corroboran que un batallón del regimiento Norfolk, el quinto, desapareció en Gallípoli durante un ataque, pero demuestran también que los tres testigos, tal vez por el tiempo transcurrido desde entonces, cometieron bastantes imprecisiones en su narración. Para empezar, ellos hablaban de un regimiento entero, no de un batallón; el hecho tuvo lugar el 12 de agosto, no el 21, y sucedió a 5 km del lugar que pensaban.

Por otro lado, cabe decir que aunque el 5º de Norfolk figura como desaparecido, en 1919 se recuperaron 122 de sus cadáveres, y la ausencia de los otros 145 tal vez se explicaría por un fenómeno de putrefacción acelerada. Todo esto lleva a dudar del testimonio de los tres ingenieros neozelandeses, a quienes pudo haber confundido un efecto óptico, o cuyos recuerdos pudieron verse distorsionados por el paso de los años y la sugestión mutua.

No obstante a día de hoy existen supuestas hipótesis que intentan descubrir porque el 5ª batallón del Regimiento Real de Norfolk, compuesto por 267 hombres, se desvaneció al atravesar una extraña nube, incluso esta más que presente el tema de la realidad o leyenda. Quizás algo de ambas, ya que el batallón de Norfolk no es el único grupo de soldados desparecido misteriosamente a lo largo de la Historia. En 1707, 4000 hombres del archiduque Carlos de Habsburgo desaparecieron sin dejar rastro mientras cruzaban los pirineos; en 1858, un cuerpo expedicionario francés de 650 zuavos se evaporó camino de Saigón; en diciembre de 1923, 3000 soldados chinos apostados a lo largo de Yang-Tsé se volatilizaron durante la noche. ¿Deserciones masivas o hechos extraños sin explicación natural?, nunca lo sabremos.

Fuente: Jaime Ángel

 
 

La leyenda del callejón del muerto en Valladolid

Cuenta la siguiente leyenda que en tiempos que ya pasaron, la iglesia de San Francisco de Valladolid estaba circundada por una tapia ondulada por cuya cima sobresalían copados fresnos y agudos cipreses. Al lado norte corría una estrecha calle de oriente a poniente limitada por casuchas destartaladas y por la tapia ondulada del cementerio. Como a la mitad de la calleja, había una casa que nadie jamás quería habitar por los espantos que según la fama en ella había, no sólo en esas horas medrosas de la noche en que doblaban las campanas de la vecina torre en sufragio de las ánimas del Purgatorio, sino hasta en la mitad del día, cuando los rayos del Sol todo lo iluminan y alegran.

Sonar de pesada cadenas que se arrastran; crujir de goznes enmohecidos de puertas que se abren; maullar de gatos embravecidos; aullar de perros extraños; voces destempladas que gimen y sollozan; luces que se apagan y vuelven a brillar como fuegos fatuos; piedras lanzadas por mano invisible era lo que ordinariamente sucedía en aquella casa que dio nombre a la calleja que es el objeto de esta leyenda.

Don Diego Pérez de Estrada era un comerciante en paños, sedas y mantones que después de haber recorrido varias ciudades de la Nueva España por razón de su comercio, había fijado su residencia definitiva en Valladolid, por considerarla mas apropiada para sus proyectos de casarse con una heredera acaudalada cuanto bella y volverse luego a su pueblo que estaba situado entre las sinuosidades de las montañas santanderinas.

En efecto, entre la muchedumbre de muchachas vallisoletanas que acudían a su vistosa tienda conoció a la más linda y más rica joven que sobresalía entonces como reina de la belleza y de la gracia en esa tierra legendaria.

Doña Inés de la Cuenca y Fraga, huérfana de padre y madre y heredera de una de las más extensas y poderosas haciendas de la Tierra Caliente, rayaba en los veinte abriles y su reja era la mas rondada por los galanes más garridos de entonces. Y con razón. No era alta mas tampoco baja. Esbelta como palmera. Blanca como el armiño. Sus pies pequeños y arqueados. Sus manos llenas de hoyuelos con dedos redondos, largos y agudos. Sus brazos hechos a torno y cruzados por venas azules. Sus mejillas sonrosadas. Su barba partida. Su boca pequeña y purpúrea. Su rostro ovalado. Su frente pura y tersa. Su larga y espesa mata de cabellos parecía un haz de luz dorada. Sus dientes como dos sartas de perlas apretadas. Su nariz griega. Sus cejas finas y bañando todo aquel conjunto armónico la brillante luz de los soles de sus ojos cercados de crespas y áureas pestañas.

En lo moral era tan bella como en lo físico. Sus manos siempre abiertas como su corazón para aliviar las miserias de los enfermos y de los pobres. Su piedad severa, tierna y agradable. Su hablar cadencioso y mesurado estaba pronto a defender la honra de los demás, mordida por la envidia o por el odio. Las viudas y los huérfanos encontraban en su casa, calor, techo y pan. De su cuenta no hubiera ningún desnudo ni hambriento. Todos tendrían casa en que vivir y comerían gallina. El día que nadie le pedía un favor se entristecía. En suma era una flor de virtudes. Don Diego, hombre de mundo, supo infiltrar paulatinamente en aquella hija de Eva tan hermosa y tan buena el amor, amor sincero, puro, a cendrado de parte de ésta; amor interesado, vano y superficial de parte de aquél. !Pobre muchacha! Había caída en las redes del amor como la mosca en la tela de la araña.

Propiamente en Valladolid don Diego no había hecho de las suyas, a lo menos que en público se supiese; en otras partes, había sido un calavera de marca, cuya patente la había logrado formar a fuerza de galanteos, cuchilladas con los matachines, y palos con las rondas. Era rumboso en extremo. Gastaba joyas riquísimas. Vestía con elegancia. Entre los suyos hablaba como carretero o peor que carretero y entre los extraños se expresaba pulcramente. No tenía, como suele decirse, padre ni madre ni perrito que le ladre. Conservaba en su atildada persona la apariencia de hombre de bien que necesitaba para lograr sus fines, y así pudo enredar a doña Inés.

Noche a noche a la luz de la luna o a la luz de la vela que ardía ante la imagen de la esquina, se veía a don Diego envuelto en su amplia capa ya yendo y viniendo a lo largo de la calle, ya al pie de la reja de su dama en íntimos coloquios con ella. A veces una alegre serenata lanzaba al viento sus acordes vibrantes y sonoros o sus quejas plañideras y sombrías, como señales del estado de ánimo de don Diego.

Llegó por fin, el día solemne en que don Diego pidió a doña Inés su mano. Esta antes de resolver quiso consultarlo con su padre espiritual para obrar con prudencia en un paso tan grave como el matrimonio.

Fray Pedro de la Cuesta, religioso franciscano, varón de acrisoladas virtudes, era el padre espiritual de doña Inés y al ser consultado por ésta acerca de si le convenía, o no casarse con don Diego, aplazó la resolución de aquel caso hasta no informarse minuciosamente de la conducta y origen de aquel aventurero que no de otra cosa tenía la catadura, a pesar de las apariencias. Después de muchas y laboriosas pesquisas supo que don Diego era de una familia santanderina de regular categoría y fortuna; pero que el era un hijo prodigo que pidió a su padre la parte de la herencia que le correspondía, para venirse a la Nueva España donde la disipó viviendo mal.

Con lo que escapó de la prodigalidad, emprendió el negocio de andar de feria en feria con su carga de paños, sedas y mantones de Manila y a la fecha, con la experiencia adquirida, había logrado moderar su conducta y reunir una fortunilla que le permitía, a el solo, vivir desahogadamente y hasta con rumbo; que a varios de sus amigos había expresado más de una vez, que él por los excesos de su vida pasada, ya no podía amar de verdad, por tener gastado el corazón y que si fingía amor ardiente a doña Inés, era menos por ella que por sus cuantiosos bienes que a todo trance quería hacer suyos. De ella. . . ya se desharía a la mejor oportunidad que no faltaría.

Como del cielo, la tierra no hay nada oculto, el buen fraile pudo averiguar todo esto para aconsejar a su hija espiritual; y la aconsejó y ella hizo caso del consejo y dijo a don Diego que no, en una de las más bellas noches de invierno, a la luz de las estrellas y en el silencio de la reja.

Aquel no de la niña cayó sobre don Diego como terrible puñalada que de pronto lo dejó anonadado hasta más no poder; pero vino en seguida la reacción, y enfureciéndose, prometió llevar a cabo la más terrible de las venganzas en la persona del consejero.

Por varios días anduvo meditando la venganza. Realizó su mercancía. Quitó la tienda, y alquiló un cuartucho en la calleja que corre al lado norte del cementerio de la iglesia de San Francisco. Allí vivió algún tiempo acompañado tan sólo por un paisano suyo que era su dependiente y que ignoraba sus planes siniestros.

Una noche de tormenta en que las nubes negras y espesas se revolvían en el cielo como olas gigantes de un mar suspendido en el firmamento; en que los relámpagos y los truenos iban unos tras otros en precipitada marcha como ejército brillante y destructor; en que el viento enfurecido bramaba entre las calles oscuras y desiertas; en que la lluvia y el granizo azotaban sin piedad a Valladolid por todas partes; un embozado salía del cuartucho, entraba por la puerta del cementerio cruzaba por entre los sepulcros y los árboles y llegaba a la portería del convento. Dio tres o cuatro golpes con el llamador de bronce que era un lebrel que tenía entre sus patas delanteras una bolita. En seguida se abrió la puerta guarnecida de enormes clavos de bronce enmohecido, chirriando en sus goznes. Al aparecer al lego portero con su capucha calada, le dijo el embozado:

—Hermano, en la vecina calleja un moribundo quiere confesar sus culpas a fray Pedro de la Cuesta. Decidle que por caridad no rehuse oír su confesión.

No tardó el religioso en salir y acompañado de aquel embozado se dirigió al sitio donde estaba el enfermo. Penetró en el cuartucho que estaba débilmente iluminado por una vela de cebo. Se acerco al lecho del moribundo que no era otro que don Diego. Le habla una y otra vez y don Diego no responde. Da voces el padre; entra el embozado, registran a don Diego y le encuentran muerto, empuñando una daga con la cual iba a matar a fray Pedro, en cuanto este, se acercase, a oír su confesión.

En seguida se alejó más que de prisa el religioso exclamando:

—!Yo confieso a vivos pero no a muertos!

A la mañana siguiente se divulgó en un momento el caso maravilloso y toda la gente decía:

—”Vamos al callejón del muerto.”

 
 

El «olvidado» pasado del Papado…

En la historia del papado al período comprendido entre el nombramiento de Sergio III en 904 y la muerte de Juan XII en 964 se le denomina Saeculum Obscurum (la edad oscura) aunque es más conocido como Normas de las putas o Pornocracia tal como recogió en sus Anales Eclesiásticos el cardenal e historiador del siglo XVI Cesare Baronio. Durante este período los Papas estuvieron bajo la influencia de dos prostitutas: Teodora y Mazoria, madre e hija.

Teodora y Mazoria

Tras la muerte de León V, apoyado por la familia Spoleto y por su primo Teofilacto, senador y magister militum de Roma, se elige nuevo Papa a Sergio III en 904. Como recompensa Teofilacto fue nombrado vestararius (el que controlaba las finanzas) y más tarde cónsul, y su esposa senatrix de Roma. Teodora, la esposa de éste, también apoyó al nuevo Papa pero desde la cama, donde le ayudaba a tomar las decisiones más importantes. Con 15 años, y siguiendo los pasos de la madre, Mazoria también pasó por la cama del Papa con el que llegó a tener un hijo, Juan. Tras la muerte de Sergio III, Teodora nombraría a los tres siguientes: Anastatius III (911-913), Lando (murió después de 6 meses) y a Juan X en 914. Dos años más tarde fallecía Teodora y Mazoria tomaba el relevo.

Además de Juan, Mazoria tuvo otro hijo, Alberico II, con su primer marido Alberico I de los Spoleto. Los discrepancias con Juan X llegaron al poco tiempo y utilizando el poder de su segundo marido, Guy de Toscana, lo encarceló y falleció en extrañas circunstancias mientras estaba en prisión. Igual que hizo su madre eligió a los tres siguientes Papas: León VI (durante siete meses en 928), Esteban VII (928-931) y a Juan XI (931-935) (el hijo que había tenido con Sergio III). Su hijo, otorgándole el poder absoluto, la nombró senatrix Patricia Romanorum. Tras el fallecimiento de su segundo marido, Mazoria intentó seguir ganando poder casándose con Hugo, rey de Italia, pero había un pequeño gran problema pequeño porque aunque necesitaba anular su matrimonio su hijo era el Papa y gran porque su otro hijo, Alberico II, lideró la oposición a aquella boda.

Boda de Hugo y Mazoria

Alberico II asumió el título de príncipe y senador de los romanos y gobernó Roma. El día de los esponsales de su madre con el rey Hugo mandó apresarla y la encerró hasta su muerte en 936. El hijo asumió el papel de la madre y continuó eligiendo Papas hasta que en 955 nombró a su propio hijo, y por tanto nieto de Mazoria y bisnieto de Teodora, Juan XII que ocupará el trono de San Pedro hasta 964.

Fuentes: Italy and the Papal Pornocracy, Saeculum Obscurum, Christian Pornocracy & The Rule of the Whore / Javier Sanz.

 
 
 
A %d blogueros les gusta esto: