Como habitantes de un mundo de pesadilla, perdidas entre lo demoníaco, lo ufológico y lo paranormal, una serie de figuras etéreas, bautizadas por los habitantes de esos humildes pueblos como pantasmas, pantallas o pantarujas, eran seres de torso estrecho, largas extremidades y embozadas en ropajes tan oscuros como la propia muerte, que se dejaron ver en algunos puntos de Las Hurdes, sobretodo en Vegas de Coria, hace tan solo unos años…
Los testigos, asustados, aterrorizados, se acabaron contando por decenas. De toda condición y cultura. Sin errores en las descripciones. Todos habían visto lo mismo. Una imagen propia del Medievo en las carreteras asfaltadas del siglo XX. Ocurrió desde finales de 1982 hasta el día de San Blas del año siguiente. ¿Qué estaba pasando?¿Qué clase de seres nos visitan?, se preguntaron aquellos días en los que apenas nadie quedaba por las calles y tan solo el miedo acampaba a sus anchas. Noches de cancelas cerradas, pestillos y contraventanas concienzudamente cerrados, rifles de caza cargados junto a la cama por la noche y batidas organizadas para perseguir aquellas «sombras» que de un día para otro paralizaron un pueblo entero durante meses y que también de un día para otro desaparecieron y nadie supo jamás que fueron. Ahora su misterio ya es parte de la historia. De una historia que jamás se cuenta al forastero.
Si os soy sincero, La Pantasma o Pantaruja de Vegas de Coria es uno de mis enigmas preferidos, a medio camino entre lo ufológico, lo fantasmal y lo extraño, sin duda un tema paranormal que no deja a nadie indiferente, Vegas de Coria es un pequeño pueblo Hurdano cercado, como casi todos los pueblos de la zona, por interminables bosques y abismales barrancos, se puede llegar al pueblo por una vieja y destartalada nacional, justo al pasar la famosa curva de Arrolobos encontrarás este pueblo que hace ya casi 30 años fue tocado por el misterio.
Decenas de testigos en el plazo de una semana contaron en el bar del pueblo como llegando a la curva de Arrolobos vieron a un ser muy alto y delgado embozado en negras galas, que a pesar de su lento caminar parecía flotar a un palmo del suelo, los que intentaron enfrentarse a él sucumbieron al pánico y terminaron por huir, otros simplemente agazapados veían como, ese ser, fuera lo que fuese bajaba por los escarpados barrancos sin tocar el suelo y derecho como una vela, rápidamente el pueblo y la Guardia Civil se organizo para perseguirlo, numerosos testigos o batidas se encontraron con la Pantasma pero nunca fueron capaces de acercarse lo suficiente o ver rasgo alguno, aun hoy, casi 30 años después el pueblo apenas quiere hablar de ello, porque aun tienen miedo a aquel extraño forastero que fue el origen de sus más profundos miedos durante varios meses a principios de los años 80. Enviado desde mi BlackBerry® de Vodafone
Una respuesta a “La Pantaruja de Vegas de Coria (Extremadura)”