Una de las leyendas que acompañan al municipio desde tiempo inmemorial, es la leyenda de la Encina. Cuenta que en sus bellotas está escrito el futuro de las parejas.
“En la Edad Media un guerrero venía a sentarse a la sombra de la encina en compañía de una hermosa doncella. Un día marchó a la guerra el caballero y desde entonces todas las tardes venía a llorar la doncella al pie del árbol, y después tocaba una rama. Pasó mucho tiempo sin tener noticias de él y volvió a llorar a la encina, pero ya sin esperanzas de verlo.
Las ramas que tocó en el primer tiempo dieron desde entonces fruto dulce y las restantes fruto amargo”.
“Mezcladas en el suelo, la tradición afirma que la felicidad de los novios depende del sabor de estos frutos”.