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Archivo de la categoría: Investigaciones

Investigaciones históricas o paranormales.

DIEZ MISTERIOS POR RESOLVER (2)

DIEZ MISTERIOS POR RESOLVER (2)

Por: Jose Manuel García Bautista

El peso del alma

¿Tiene el ser humano alma? ¿Existe el alma? Son algunas preguntas que surgen cuando hablamos del alma, sin embargo, esa parte, más metafísica, del ser humano sigue siendo un misterio.

Los científicos nos dicen que el ser humano, cuando muere, pierde una parte de su peso que no se sabe bien las razones y que es común: 21 gramos. ¿Por qué cuando un ser humano muere pierde ese peso de 21 gramos? ¿Es el peso del alma?

Fueron las investigaciones del Doctor Douglas MacDougall, que la recogió en su “teoría del peso del alma” de 1927, quién afirmaba que “toda persona pierde 21 gramos en el último minuto de su muerte”, y que “equivaldría al alma o espíritu que se ha desligado del cuerpo carnal de la persona”. Todo ello en base a una experimentación con personas moribundas pesadas antes y después de morir. Read the rest of this entry »

 
 

EXPEDIENTES X EN ANDALUCIA

EXPEDIENTES X EN ANDALUCIA

Por: Jose Manuel García Bautista

Todas las ciudades de España guardan un secreto, un enigma por resolver, una casa encantada, un lugar aparicionista o un punto caliente para los “No Identificados”, sea como fuere son lugares que, muchas veces, pasan inadvertidos y tiene todo un misterio que mostrarnos, en algunos casos auténticos expedientes X.

Hacemos un viaje por la Comunidad Autónoma de Andalucía para descubrir algunos misterios insondables que, aun hoy, siguen originando situaciones más propias de la ficción que de la indiscutible realidad.

El fantasma del Teatro Cervantes de Almería Read the rest of this entry »

 
 

INVESTIGACIÓN EN EL MONASTERIO DE SAN ISIDORO DEL CAMPO

INVESTIGACIÓN EN EL MONASTERIO DE SAN ISIDORO DEL CAMPO

Por: Jose Manuel García Bautista

Investigación en el Monasterio de San Isidoro del Campo, Santiponce (Sevilla), de diferentes hechos de carácter inexplicado que se han testimoniado en su interior. Con la participación del equipo de “Voces del Misterio” en un estudio multidisciplinar realizando pruebas en diferentes materias en busca de lo descrito por los testigos.

 

 

SIMBOLOGÍA OCULTA EN LOS MONUMENTOS DE SEVILLA (2ª.Parte)

SIMBOLOGÍA OCULTA EN LOS MONUMENTOS DE SEVILLA (2ª.Parte)

Por: Jose Manuel García Bautista

Durante la Edad Media el ayuntamiento sevillano tuvo su sede en un conjunto de edificios que formaban parte del conocido Corral de los Olmos, concretamente, la zona que albergaba a la casa consistorial estaba situada junto a la Puerta de Palos de la Catedral, en el mismo edificio de la Casa Arzobispal, con el que compartían espacio.

La concentración de edificios religiosos, como la catedral y de edificaciones de carácter administrativo, hacen necesaria una profunda transformación de la zona. En 1502 se inició la labor de recopilación de todas las leyes, ordenanzas y disposiciones que se habían ido promulgando a lo largo de los años desde la Reconquista. Una vez recogidas fueron publicadas por el Cabildo en 1527, fecha importante que marca el tránsito del ayuntamiento medieval al moderno. La transformación se centra en crear un nuevo edificio como consistorio del pueblo, con la curiosa coincidencia de la visita a la ciudad de un personaje histórico, cuya figura marcara la simbología y el mensaje de nuevo ayuntamiento… Se trata del Emperador Carlos V.

El lugar del nuevo emplazamiento se sitúa en la Plaza de San Francisco, donde estaba ubicada la Real Audiencia. El nombre de la plaza tiene su origen en un convento Franciscano. La composición de las cuatro fachadas del ayuntamiento es de estilo renacentista y se sitúan, como antes comentaba, entre Plaza Nueva y Plaza de San Francisco. Consta todo el edificio de dos plantas, salvo en el sector sur donde se le añadió una tercera en el siglo XIX.

Pero más que hablar de arquitectura lo que nos interesa aquí es reseñar los mensajes ocultos tras este edificio. Para ello he tenido que recurrir a descripciones muy antiguas dado que las remodelaciones que se le han venido haciendo a nuestro ayuntamiento han confundido su mensaje cambiando bustos, medallones, formas y figuras, haciendo que el mensaje simbólico en su totalidad sea casi imposible de aclarar sin tener que recurrir a antiguas informaciones.

Hagamos un viaje en el tiempo… Nos encontramos en la Sevilla del siglo XVI. Vivimos en una sociedad entre las que se encuentran grandes riquezas procedentes de América. La ciudad está trabajando para ofrecer una nueva imagen y sentirse heredera de los mitos clásicos. El ayuntamiento debía reflejar esa Sevilla que era ya centro del mundo, para ello, y como en todas las grandes obras arquitectónicas, se debió de elegir a algún sabio de la época, del que desconocemos hoy su identidad. Debió ser una persona conocedora de la mitología, la historia y las grandezas de sus héroes. Y lo más importante: la simbología debía ser entendida por profanos y sabios, sevillanos o extranjeros. En aquella época, en torno al año 1535, publicó Luis de Pedraza el libro “Historia de la Imperial Ciudad de Sevilla” que posiblemente sirviese de inspiración para quien ideó la simbología artística del ayuntamiento.

Comenzaremos a descifrar la iconografía del edificio situándonos en la Plaza de San Francisco mirando hacia su fachada. Vemos a ambos lados de las puertas tres medallones, dos de ellos están bajo las ventanas. En el tercero distinguimos a Hércules con su casco hecho del cráneo de un león. La medalla más cercana a la puerta fue cambiada por una figura femenina en una de sus remodelaciones, pero originariamente pertenecía a la figura del Emperador Carlos I. El tercer personaje con atuendo de guerrero es Julio Cesar, al que se le atribuye la creación de las murallas de Sevilla y la fundación del Cabildo Hispalense. Debajo del personaje aparecen estas iniciales S.P.Q.HIS, es decir, “Senador Populusque Hispalenses”. En el lado derecho de la puerta la iconografía debió ser en su totalidad femenina. En el medallón más próximo a la puerta estaba antiguamente representada la Emperatriz Isabel.

Por lo tanto, la simbología iconográfica de esta fachada oriental del ayuntamiento, corresponde a la historia de la ciudad desde su mitológico origen con la figura de Hércules. Cesar es el personaje más importante entre Hércules y Carlos I y simboliza la fundación del ayuntamiento, el Emperador Carlos I, representa la contemporaneidad de la ciudad. Él es el creador de la nueva Híspalis y por lo tanto el nuevo Hércules mitológico. Estos aires de grandeza del Emperador están fundamentados en los orígenes históricos de su familia que son las tres dinastías europeas de las que proviene: castellana, borgoñesa y austriaca.

En el frontón curvo de una de las ventanas del lado izquierdo, vemos a unos niños. Uno de ellos lleva una calavera mientras pisan sus pies unas esferas. El otro niño sostiene un reloj de arena, clara alusión al devenir, al tiempo. Los dos están muy relacionados con Hércules y por lo tanto su simbología no es la de la fugacidad de la vida, sino la del triunfo de la virtud sobre el tiempo y sobre la muerte. O lo que es lo mismo: la eternidad que regala el tiempo a los héroes cuando cumplimentan sus hazañas.

Marchamos ahora a la fachada sur del edificio. Esta tiene un significado simbólico más complicado y de mayores problemas interpretativos. En este lado de la fachada encontramos seis personajes, dos en la planta alta y los otros cuatro en la parte baja del edificio. El Personaje masculino que aparece a la derecha del arco es Jasón. Jasón es un héroe mitológico griego, uno de los argonautas que junto a Hércules buscaron el “Vellocino de Oro”. Muchas veces en la mitología encontramos a Hércules como una variante de Jasón. En el medallón de su izquierda aparece Medes, la doncella que le ayudo a conseguir el Vellocino.

La presencia de Jasón no es sólo un motivo mitológico vinculado a Hércules, su simbolismo es mucho más profundo. Jasón tiene una relación muy fuerte con el Ducado de Borgoña y especialmente con el Toisón de Oro. Y aquí es donde aparece otra vez el personaje al que va dedicado gran parte de la simbología de este edificio: Carlos I, qué tomó como esposa en Sevilla a Isabel de Portugal. De nuevo aparece esta figura de manera preponderante. Junto a Jasón, a su vez, podemos ver la Cruz de Borgoña con la corona y el eslabón de pedernal del Vellocino de Oro. El resto de las figuras no se las ha podido identificar, pero presumiblemente sean mujeres y hombres relacionados con Hércules.

De esta forma y a modo de resumen se muestra la simbología iconográfica del ayuntamiento en la que hace referencia a la historia de Sevilla y su fundación por Hércules. La fundación del ayuntamiento y la justicia atribuidas a Julio César y la actualidad, los nuevos aires y la importancia mundial de Sevilla en el siglo XVI viene simbolizada por la imagen de Carlos I de España, el emperador.

Si caminamos por la avenida de la Constitución, a media altura de nuestro recorrido, nos sorprenderá un magnífico edificio, lo llamaban en tiempos pretéritos: la “montaña de piedra” y no se trata de otro que de nuestra catedral, la Catedral de Sevilla, uno de los templos y monumentos religiosos de más importancia para la cristiandad. Allí fijamos nuestra próxima parada.

MENSAJES DE AMOR ETERNO EN UN MONASTERIO CISTERCIENSE: SAN ISIDORO DEL CAMPO

El monasterio de San Isidoro del Campo fue mandado fundar y construir por Alfonso Pérez de Guzmán en 1301, quizás su nombre no le diga nada pero si lo llamamos Guzmán “el bueno” esposo de Dª. María Alonso Coronel seguro que esos nombre ya impregnan su retina de bellas historias de lucha y vida en tiempos de reconquista.

El monasterio se edificó sobre una mezquita mozárabe donde se decía que se hallaba enterrado San Isidoro antes de su traslado, en 1063, a San Isidoro de León. El recinto fue cedido a los monjes cistercienses que permanecieron en él hasta 1431. Quizás lo más notable de su historia lo encontramos en el siglo XVI cuando en su interior se copiaban y traducían libros prohibidos por la Inquisición. De él salieron reproducciones tan importantes como la denominada “Biblia del oso” –llamada así por el dibujo de su cubierta- y que, debido a esta secreta actividad, obligó a muchos monjes a escapar velozmente de los inquisidores fuera de España, en este caso a la Alemania luterana donde corrieron casi peor suerte que en suelo patrio… Sin embargo muchos de aquellos monjes fueron ajusticiados en autos de fe por el santo tribunal y quemados en el Prado de San Sebastián junto a otros herejes.

En 1835 pierde su condición de convento con la Desamortización de Mendizábal siendo en el periodo comprendido entre 1956 a 1978 cuando nuevamente adquiere funcionalidad religiosa de la mano de sus antiguos ocupantes: los Jerónimos.

Los monasterios son lugares mágicos, con muchas historias y leyendas por descubrir. Mensajes ocultos, como el que aparece en las paredes del Patio de los Evangelistas de este monasterio de San Isidoro del Campo, donde un caldero y un calamar esconden un mensaje cifrado de amor. Vamos a descifrar juntos este peculiar mensaje: el Caldero es el símbolo del apellido de la familia Guzmán y si calamar lo convertimos al latín, se obtiene “Calamarus”. Veamos que tenemos: Guzmán Calamarus. Calamarus lo dividimos en dos palabras, quedando “Cal Amarus”. Y el resultado es “Guzmán cal amarus”, o lo que es lo mismo: Guzmán necesita amarte. Sin duda un mensaje bello detrás de un monasterio que esconde mensajes ocultos aún por descifrar.

LAS MUJERES DE BÉCQUER

Si han paseado alguna vez por el Parque de María Luisa, junto a nuestra Plaza de España bellamente proyectada y construida por el arquitecto sevillano Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, habrán visto a Bécquer junto a tres bellas jóvenes mujeres. Bueno, no es Bécquer en cuerpo y alma, sino una estatua que lo representa.

Es una obra de Lorenzo Coullaut-Valera, con la colaboración del arquitecto Juan Talavera Heredia y del escultor Federico Bechini realizada en 1911, con un gran árbol como centro de la escena, “untaxodio”, y junto a él, un busto de Gustavo Adolfo Bécquer que posiblemente les recuerde al Bécquer que aparecía en los antiguos billetes de cien pesetas, pintado por su hermano Valeriano. Junto al poeta, un enorme Cupido hace de las suyas en los corazones de tres damas esculpidas en mármol. Estas tres enamoradas muchachas sentadas al pie de este hermoso árbol, esconden una simbología: el amor perdido de la mano de la joven triste que mira hacia abajo, con las flores marchitas en la falda; el amor pleno nos llega de la joven que mira al reino celeste y, por último, el amor soñado representado por la joven con mantilla que se lleva sus manos al rostro.

Pero volvamos al Cupido. Fijaos bien, tiene un ala rota y un puñal en la espalda: simboliza el desengaño o la agonía del amor.

Como curiosidad os diré que el nombre completo de Bécquer era el de Gustavo Adolfo Domínguez Batista. Nació y vivió en el barrio de San Lorenzo de Sevilla, y más concretamente, en la calle conde de Ybarra, el vasco que inventó la Feria de Abril.

FUENTE DE LA GLORIETA DE SAN DIEGO

No nos podemos despedir del majestuoso Parque de María Luisa sin visitar antes la Fuente de la Glorieta de San Diego. Una fuente que, incluso para muchos sevillanos, pasa desapercibida y que antaño fue la portada de la Exposición Iberoamericana de 1929. Está ubicada entre la Avenida de María Luisa y la de Isabel la Católica y fue construida por varios autores. La figura central representa a Hispania y las imágenes de los extremos son alegorías del patrimonio espiritual y material de Sevilla. Por lo tanto la figura de la derecha, que sostiene en su mano “La Inmaculada”, representa la riqueza espiritual y la de la izquierda a una mujer agarrando el cuerno de la abundancia, símbolo de la riqueza material.

Imagino que usted se preguntará: ¿a qué San Diego se debe el nombre de la fuente: si al santo, a la ciudad americana o a qué? El nombre de San Diego se le dio homenajeando al convento de Franciscanos Descalzos desaparecido en 1883. que estaba justamente en el lugar donde se levantó el Casino de la Exposición, ubicado a unos 50 metros desde donde nos encontramos ahora mismo.

Regresemos ahora a un edificio cargado de misterio y simbolismo, de terror y de fantasmas, de historias y de leyendas… Regresemos al Hospital de la Sangre, la última morada del fantasma de Sor Úrsula.

EL CUBO CRÍPTICO DEL PARLAMENTO

Su historia y construcción ya la hemos repasado anteriormente pero quedan aún misterios por desvelar, misterios simbólicos… En el edificio del Parlamento Andaluz u Hospital de las Cinco Llagas podemos encontrar muestras de una arquitectura extraña, mistérica y cargada de significación que ha sido hasta hoy poco explicada. A la espalda de la iglesia del edificio, hoy inaccesible debido a las obras de reformas que se están llevando a cabo en ella, encontramos un extraño rosetón circular con un cubo geométrico inscrito del que resalta un aspa. Éste rosetón fue realizado en épocas pasadas por un grupo de canteros gallegos desplazados a Sevilla. ¿Qué significa? ¿Por qué está detrás de la iglesia a la misma altura que el altar mayor y donde ojos no avisados no pueden verlo? Unos piensan que se trata de una marca, a modo ex libris de Hernán Ruiz, una especie de compendio en clave esotérica del saber de los canteros medievales constructores de catedrales o, quizás, los canteros gallegos quisieron dejar testimonio de otra religión más antigua que la cristiana. Algunos expertos que han visto y estudiado el extraño rosetón piensan que pudiera tratarse de un símbolo pre-masónico que hiciera referencia a las tres paternidades o administradores del antiguo hospital. Los antiguos documentos manuscritos de Hernán Ruiz en el siglo XVI los mantiene en estudio la Diputación.

Otra corriente de opinión al respecto piensa que a pesar de que el Renacimiento supuso la llegada de la racionalidad y la negación de la Edad Media, el arquitecto y sus canteros gallegos eran depositarios de una sabiduría antigua y dejaron su marca personal a la altura del corazón del altar mayor, “El altar mayor es el centro de todo, el Corazón del Altísimo Maestro al que se accede a través de tres escalones , equivalentes a los tres nacimientos sucesivos del iniciado” y oculto a los ojos de los no iniciados. “En el centro de la rueda está el cubo, aunque no se mueve es la causa del movimiento de la rueda. La catedral, movimiento de piedra, está en el centro de las mutaciones”. El cuadrado simboliza la tierra y el círculo el cielo. La cruz no debe entenderse como instrumento de suplicio sino como centro de todo. Ciertamente bello su significado ¿verdad?

 

TRIANA MÁGICA

TRIANA MÁGICA

Por: Jose Manuel García Bautista

Triana mágicaHa dado toreros de fama, cantaores de tronío, flamencos de eterno zapateo. Y siempre estuvo muy representada la población gitana, hasta que se expulsó a ésta de Cava de los Gitanos por la presión inmobiliaria en la década los 70. Eran personas que se vincularon sobre todo al gremio de la herrería…
Les propongo un viaje especial por la historia, misterios y leyendas de uno de los barrios más populares de España: Triana. Hay muchas historias sobre cómo se fundó el popular barrio de Triana, algunos dicen que es una ciudad dentro de una ciudad, que tiene su propia idiosincrasia…
La leyenda narra como fue la diosa Astarté la que se refugió en la zona huyendo del enamoradizo Hércules y fundó Sevilla. Otros piensan que es una derivación del nombre de origen romano Trajana, que vendría de la Itálica Trajana. Aunque la más aceptada es la que nos dice que sería de origen celtíbero–romano y que significaría «tres ríos», de «tri» que es tres, y «ana», que es río; ya que aquí se dividía el río en tres brazos. Eso también piensa el investigador Justino Matute Gavira, que en su obra Aparato para descubrir la historia de Triana y de su iglesia parroquial dice: «Otros deducen su nombre de Trans amnem, expresión con que los latinos significaban lo que está más allá del río… y aún los árabes por esta misma circunstancia llamaban a Triana Ma wara an–nahr, que vale tanto como allende el río: la transfluvial, aunque más comúnmente le decían Atrayana o Athriana…».
El origen de Triana es romano y hasta que no se remodeló el cauce del Guadalquivir en la segunda mitad del siglo XX hubo muchas crecidas del río que creaban inundaciones, la verdad es que las creaba en toda Sevilla. Aquí y debido a esa insalubridad reinante se cebó con saña la peste de 1649, reduciendo dramáticamente la población del arrabal. Que era una zona humilde, de trabajadores, de marineros y sobre todo de alfareros, tradición que aún hoy se mantiene con muchas industrias familiares dedicadas a la alfarería y que dan nombre a calles como Alfarería, o tradiciones como los comercios de la calle Antillano Campos, con tiendas que destacan por sus frontales en azulejos y con una gran riqueza ornamental.
Pero Triana también ha dado toreros de fama, cantaores de tronío, flamencos de eterno zapateo, y siempre estuvo la población gitana muy representada hasta que se expulsó a estos de Cava de los Gitanos por la presión inmobiliaria en la década los 70, eran personas que se vincularon sobre todo al gremio de la herrería…
Triana es diferente, pasear por sus calles o visitar sus corralones es algo que todo sevillano debe hacer.
La negra historia del Castillo de San Jorge
Cerca del Callejón de la Inquisición está el Castillo de San Jorge, también conocido por Castillo de la Inquisición, pues el Santo Oficio lo ocupó durante siglos. El Castillo de San Jorge data de la antigüedad, de época romana el asentamiento, pero su construcción es musulmana, del siglo X. Se eligió el lugar porque en Triana ya comenzaba a aumentar la población, era uno de los arrabales de la ciudad pero también un lugar estratégico porque dominaba aquella orilla del río que además guardaba las fértiles tierras sembradas de cereales, vides y olivos del Aljarafe –que significa «proveedor de agua» en árabe– y también era la vía de salida a Huelva, la sede del puerto comercial y también última defensa de la ciudad antes de alcanzar sus murallas.
Aquí estaba también el llamado Puente de Barcas en 1171, que mandó construir el califa Abu Yacub Yusuf, y que conectó Sevilla y Triana; además había una rambla donde está hoy la calle Pagés del Corro.
Con Fernando III el Santo se tomó Sevilla y allí, en el castillo, se instaló la Orden de San Jorge y se construyó la primera parroquia de Triana. Luego, en el siglo XV, los Reyes Católicos cedieron el castillo –a través de Diego de Merlo, el asistente– a la Santa Inquisición, a la que se le había quedado pequeña su estancia en La Magdalena, la iglesia del Calvario hoy, y allí instauraron el siglo del horror en Sevilla… que realmente duró 300 años.
Allí se llevaba a los reos acusados de herejía que muchas veces no eran más que tontería o celos vecinales… la Sevilla cainita, y allí dentro, bajo la acusación se sometía a mil torturas al reo… Fuera culpable o no, se prefería confesar en falso y que te liberaran del dolor de las torturas a resistir en honor a la verdad y muchos murieron de aquella forma… Si sobrevivías te llevaban a un juicio en la Plaza de San Francisco donde se desalaba al culpable y de allí al quemadero del Prado de San Sebastián o al de San Agustín en Tablado para ser quemado en la hoguera… Con ramas verdes para sufrir más, aunque si confesabas el Tribunal tenía clemencia y te estrangulaban… Ante eso, era mejor huir y muchos lo hicieron y aun así te juzgaban en efigie…
A veces se escapaba con vida o con unos latigazos pero a medida que el Tribunal se asentó en Sevilla las penas eran peores…
En el Castillo de la Inquisición, lugar que fue muy temido en Triana y en Sevilla, aún quedan restos de la casa del portero, las cuadras, las casas del nuncio y el notario, la cocina, la bodega, la casa del primer inquisidor o la de los familiares de los inquisidores. Hoy hay que entrar por el mercado de abastos de Triana pero sus ruinas son visitables.
Su ámbito de actuación fue desde 1481 a 1785. Su interior albergaba 26 cárceles, que fueron calificadas como «antros de horror» por el Santo Oficio en el siglo XVII. Junto al Castillo de San Jorge se encuentra el Callejón de la Inquisición, el lugar de salida de los presos acusados de herejía camino de los autos de Fe o el cadalso…
El castillo tenía el defecto de que se inundaba con frecuencia, estaba tan cerca del río que nada más había una crecida se anegaba, sobre todo en época de mucha lluvia como fueron los siglos XV y XVI. Lo que provocó alguna que otra epidemia menor en Sevilla.
Actualmente se puede disfrutar del Museo del Castillo de San Jorge, o «Museo de la Inquisición», pero para no olvidar sus horrores… Tiene una serie de salas, comenzando por la primera que es la Sensorial, allí se explican conceptos como el juicio de valor, abuso de poder y el de la indefensión de las víctimas. Luego está la Barbacana que a través de maquetas y paneles explica lo que allí existía. Tiene una pasarela interpretativa y se recorren los restos (casa del inquisidor, muros de las cárceles, capilla) acabando el recorrido en un espacio de reflexión bajo el lucernario, en la Sala de las Audiencias y en la de la Tolerancia.
En la Sala de las Audiencias se hace una recreación mediante una escenografía de mobiliario y esculturas de personajes sobre los que se proyecta una animación virtual de actores reales en movimiento. En la Sala de la Tolerancia se trata de combatir los procesos de injusticias. Aunque suene a ideal. No deje de visitarlo si quiere conocer uno de esos lugares imprescindibles de la Triana mágica.
La librería del misterio
Y si de la Triana mágica se trata, uno de los lugares más evocadores y cargados de misterio que podemos encontrar en este lado del río es la vieja, y ya cerrada, Librería Don Cecilio, allá donde se nos recuerda que Sevilla sigue siendo una de esas ciudades eternas aspirantes a cosmopolita anclada aún en el costumbrismo de su gente y el barroquismo de sus calles.
Es la dualidad de una ciudad moderna con tantos hilos enlazados a su pasado que sería difícil discernir por la vieja Judería si nos encontramos en pleno siglo XXI o si por el contrario transitamos aún por los avatares del XVI… Sea como fuere, estamos en una ciudad donde la magia y el encanto no están reñidos con la tradición y la seriedad. Así nos trasladamos ahora a la calle Castilla, en pleno barrio de Triana, entre sabor a embrujo e Inquisición, allá donde aquellos torquemadas sevillanos jugaban a ser Dios y apostaban a la vida o la muerte con aquellos que, bajo el cargo de herejía, caían en sus manos.
A media altura de la calle Castilla, en el número 47, casi enfrente de la iglesia de la O, encontramos uno de esos viejos lugares de rancio abolengo y tradición sevillana. Es una librería de viejo, una librería de lo antiguo, una de esas que se niega a no mirar al pasado y encontrar entre sus rarezas incunables comics, TBOs o libros que harían las delicias de cualquier bibliófilo. Donde el cedé aún no ha tomado el relevo al vinilo y donde un póster, mítico e inencontrable de aquella película que tanto nos marcó, está al alcance de cualquiera. Nos encontramos en la Librería Don Cecilio, esa cuna del saber olvidado, ese rincón donde una semana al año el milagro se hace realidad y allí, en sus estancias, se celebra la siempre mágica Semana del Misterio de Sevilla.
Allí, además de saber y cultura encontramos a un personaje muy particular, son ya varias personas las que se han encontrado con el fantasma de Don Cecilio. A Rafael Pérez o Luis Cañete les gusta decir de este lugar: «Cuidado, que no sólo en Sevilla hay fantasmas y casas encantadas, aquí en Triana, en la librería también tenemos uno… Si te vas allí, al rincón donde tenemos los cuadros de flamenco, a lo mejor te encuentras con uno de esos seres espectrales de los que tantas cosas nos habéis contado…».
Y sea como fuere, con la gracia y socarronería andaluza de estos particulares cicerones, lo cierto es que en su interior se ha podido ver en varias ocasiones a un individuo, ataviado con un sombrero que deambula entre viejos discos de vinilo y la añoranza de los mejores cantaores de flamenco. «En cierta ocasión me marchaba ya, estaba apagando las luces, sabía que aquí no había nadie y sin embargo noté una presencia, miré al fondo y vi la silueta de un hombre con un sombrero… Me inquietó mucho. Volví a encender las luces del local y comprobé como no había nadie, aquella noche dejé las luces encendidas…
cualquiera las volvía a apagar», nos narraba otro miembro del Centro Cultural Don Cecilio. Y es que si alguna vez visita estas instalaciones, disfrutará de encontrar valiosos legajos, conferencias con las figuras más destacadas del mundo del misterio y su divulgación, y ¿por qué no? de la misteriosa presencia de un fantasma atado al sabor más tradicional de la Triana de eterna, la Triana única, la Triana de siempre.
La Cruz de la O
En este recorrido por la Triana mágica hemos visitado una parte de su historia más negra, un santuario del misterio y los fenómenos paranormales y ahora, para cerrar el círculo, debemos detenernos en una de sus leyendas más hermosas.
En la calle Castilla, en pleno barrio de Triana, se encuentra una iglesia muy singular: es la iglesia de la O; en el interior se encuentra una hermosa talla barroca de Pedro Roldán. La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno se presenta caído camino del Calvario con la cruz al hombro. Esa cruz va a ser objeto de nuestra atención…
Está realizada en carey, un rico material que se obtiene de la concha de la tortuga; un material que era de gran valor y se traía de las Indias; en aquellos momentos la hermandad pensaba en cambiar la cruz de su titular y pensaba en labrar una en madera de cedro que una vez entregada a la misma no gustó a los hermanos ya que no era merecedora de aquella impresionante talla del Siglo de Oro.
La preocupación en la hermandad era manifiesta y fue el capellán en plena misa quien les dijo:
–No os preocupéis que Dios proveerá.
Aquellas palabras parecieron proféticas y justo al terminar aquella misa entraron unos marineros en la iglesia y dejaron paquete con un contenido sorprendente… le dijeron:
–Éste es el pago de una promesa que habíamos hecho al salvarnos el Señor de un naufragio en los mares del Sur.
Aquel paquete contenía una gran cantidad de piezas de conchas de carey… La hermandad, al ver aquel valioso presente, decidió que la cruz de su sagrado titular sirviera para revestir la cruz del Nazareno.
Así se hizo quedando una rica cruz de carey con cantoneras de plata que es la que, actualmente, la hermandad procesiona en la Semana Santa de Sevilla.
Son las historias mágicas de un barrio cargado de magia: Triana. Merece la pena perderse en sus calles.

 

 

 

FANTASMAS EN EL HOSPITAL DE SAN JUAN DE DIOS

FANTASMAS EN EL HOSPITAL DE SAN JUAN DE DIOS
Por: Jose Manuel García Bautista
Son los hospitales lugares donde, usualmente, suelen suceder hechos extraños cuya realidad supera a cualquier ficción y cuyos testigos viven inquietos una realidad más allá de los límites de su imaginación.
Bien porque son lugares donde se producen fallecimientos o bien porque el dolor inunda emocionalmente sus estancias, lo inexplicable, lo imposible, suele habitar en muchos de los recintos sanitarios de nuestro país y del mundo.
Uno de esos lugares donde se manifiesta lo imposible es el nuevo hospital San Juan de Dios de Sevilla, en la localidad de Bormujos al pie de la carretera A49 que une las provincias de Huelva y Sevilla. En el lugar, antaño, no había nada, terreno dedicado al cultivo del olivar y poco más se sabe del mismo, tierras de labranzas como tantas otras de nuestra Andalucía. Una vez levantado el edificio se comienza el trabajo en el mismo. En los meses iniciales de la actividad sanitaria no se registraron incidentes que pudieran tener un origen paranormal pero pronto comenzaron a surgir testimonios de personas que habían vivido experiencias muy particulares.
Uno de los pacientes nos comentaba: «Estaba en rayos X haciéndome unas placas, el chico muy amable me iba indicando lo que debía hacer, de repente algo pasó por el pasillo, cerca de nosotros, era como una mancha o silueta negra, sería difícil explicarlo, una forma; él se quedó parado mirando y luego me miró a mí y le dije: «Yo también lo he visto, algo ha pasado por aquí al lado» pero no le concedimos mayor importancia». Y es que la sombra negra del hospital de San Juan de Dios no es una desconocida para las personas que acuden al centro como trabajadores o, más tristemente, como pacientes.
En otra ocasión un empleado llevaba una camilla hacia otra zona del ala donde se encontraba, una sala «donde hay apartados, se llega a una sala donde se permite que los familiares estén, luego hay otras puertas divisorias donde sólo pueden acceder las personas autorizadas y donde se cambian, y ya tras la siguientes puertas la parte sanitaria. Allí pasaba con la camilla cuando vi salir a dos compañeros muy alterados, me sobresaltaron, y me dijeron: «¿Has visto pasar a una sombra por aquí?». Yo les dije que no pero por mi cara me dijeron: «¿Qué te pasa?» y les expliqué que en la zona en la que nos encontrábamos también yo viví la presencia y el paso de esa sombra».
Igualmente se han vivido situaciones extrañas, cuando menos, en una zona donde hay varios monitores de ordenador y se encienden o apagan a voluntad o tienen un comportamiento tan extraño que muchos empleados prefieren salirse del lugar hasta que aquella pesadilla pase.
Ahondando en todo el fenómeno que viven allí otras personas (todos los testigos están perfectamente identificados pero por confidencialidad no se hace referencia a ellos), una persona me decía: «No es de extrañar que suceda esto, ten en cuenta que en este hospital no hay nacimientos, nada más que atención a enfermos y defunciones y que la muerte está muy presente, es normal», y hasta se haya identificado esa misma sombra con un paciente que murió en el Hospital de San Juan de Dios, en aquella misma zona y que hoy sería la presunta causa de los fenómenos que describen sus inquietos testigos.
Sobre los fenómenos extraños que suceden en el sevillano Hospital de San Juan de Dios en la localidad de Bormujos, ahora se viene a sumar más experiencias que contrastan y amplían todo lo descrito.
Así entre las nuevas experiencias que narran antiguos trabajadores del centro hospitalario tenemos a dos que, inquietos por lo vivido aquellos días, afirmaban: «Aquí hay una extraña sombra que se pasea por la planta y vaya que si asusta verla». La sombra referida se aparece en el pasillo de la esclusa y creen podría tratarse de un chico de 18 años que falleció en el box 8 luego de sufrir un accidente entre 2007 y 2009, aunque es un dato que no pueden precisar.
Pero abundan en sus experiencias y detallan más allá: «Muchas veces cuando estábamos de noche podíamos ver gente andar por ese pasillo cuando no tiene que haber nadie; también en un almacén de material cuando entrabas y abrías la puerta se notaba como una presión que empujara la puerta hacia ti, hoy día me dicen los excompañeros que aún pasa». La puerta en cuestión da a una sala cerrada y pudiera tratarse del mismo aire pero va acompañada esa presión de la visión previa de una sombra andando por esa zona, una zona donde no quieren ir muchos pacientes por temor a encontrarse con ese «algo» que ya han vivido.
Igualmente hay otras vivencias: «Cuando sedan a los pacientes siempre ven a una niña en la sala, ha pasado con unos cuantos pacientes y todos dicen lo mismo: todos ven a una niña». El caso es que allí se registró el triste fallecimiento de una niña (no suele ocurrir) que se ahogó en una piscina. ¿Una nueva casualidad?
Seguimos la investigación y seguimos tras la búsqueda de lo imposible, en esta ocasión en un hospital tan conocido como el de San Juan de Dios.
Noches de terror en el Policlínico de Sevilla
El edificio del Hospital Virgen Macarena guarda en sus pasillos secretos y misterios de otros mundos, enigmas que han sobrepasado la frontera de la vida y de la muerte en un lugar que está acostumbrado a lidiar con esta última.
En muchas ocasiones el mundo de la investigación se une para desvelar misterios de sus más insignes edificios. En esta ocasión el sevillano Javier Lobato Bernal es el que más y mejor siguió la vivencia personal de un testigo que se enfrentó a una situación límite en el llamado Policlínico de Sevilla, un edificio que pertenece al complejo hospitalario Virgen de la Macarena y que se encuentra muy próximo al Hospital de las Cinco Llagas, hoy Parlamento de Andalucía.
Los sucesos se vienen dando en la quietud de la noche ante el asombro de muchos de los vigilantes de seguridad que han pasado por allí y que se han visto desagradablemente asaltados por lo imposible.
Javier Lobato tuvo conocimiento del caso y pudo hablar con el testigo quien narró su terrible experiencia aquella noche, así le contó cómo él llevaba poco tiempo en la empresa de vigilancia y aquella noche era su primer servicio en aquel edificio. El trabajo consistía en comprobar si dentro quedaban personas para lo cual debía realizar rondas de comprobación por las consultas, revisándolas y verificando que estaban vacías. Una vez revisadas procedía a cerrarlas con llave.
El testigo así procedió una a una aunque su experiencia tendría lugar en la tercera planta, en uno de los pasillos en forma de L, largo y que acaba en un giro a la izquierda donde se encuentra otra consulta. Una vez que realizó la ronda por la planta baja y la primera planta subió a la segunda (o tercera si la baja se cuenta como primera) y se sorprendió por el impresionante frío que hacía, aunque no le dio más importancia. Siguió con su rutina y una vez cerradas todas las consultas del pasillo, sólo le quedaba la última puerta, entró y vio que estaba todo normal, cerró la puerta con llave, pero unos 5 o 6 segundos después, al salir de ese punto en forma de L, observó como todas las puertas estaban abiertas de par en par, más de una decena de puertas y todos los extintores en el suelo. El testigo se llevó un gran susto y pensó que era una broma por ser nuevo en el destino, pero era imposible gastar una broma abriendo con llave esa cantidad de puertas y bajar los extintores en tan poco tiempo para salir, finalmente, sin hacer ruido. El trabajador salió corriendo y una vez en el coche se quedó casi estado de shock intentando asimilar lo que había ocurrido. No quiso volver a ese servicio.
El investigador sevillano le consultó si alguna vez le hablaron de «fenómenos extraños en el lugar» y sólo acertó a decir que recordaba algún comentario de «hoy saldrás corriendo» y cosas así. El testigo que vivió tal experiencia se negaba a creer que aquel incidente lo hubieran originado fantasmas, pero ante la magnitud de los hechos tuvo que dudar. El vigilante, con tan impresionante experiencia, tardará mucho en poder olvidar siquiera lo que le ocurrió.
Curiosamente en el Policlínico hay otras zonas donde, según mis propias investigaciones, suceden otros tipos de eventos extraños: la zona de laboratorios, pruebas con sondas o rayos X son especialmente proclives a este tipo de sucesos donde tiene su acto de presencia lo inexplicable.
El investigador Javier Lobato lo achaca al antiguo cementerio del Hospital de las Cinco Llagas que se encontraba en aquel mismo emplazamiento, pero hay otras causas como la tragedia sucedida durante la construcción de los edificios o, simplemente, porque lo paranormal elige donde y como manifestarse.
Cerca del Policlínico se ubicaba el viejo cementerio perteneciente al Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, hoy Parlamento de Andalucía. Puede que su influjo sea el causante de éstas apariciones.
Fantasmas en el Palacio de Monsalves
Sevilla es una de esas ciudades que no deja de sorprender a quien la visita e, incluso, al propio ciudadano de la ciudad; su historia, gran historia -como la de Cádiz-, le hace haber sido testigo de momentos que tienen más de tres milenios, culturas, guerras y misterios, muchos misterios.
Nos detenemos en la capital hispalense para desvelar los fenómenos paranormales que se producen en uno de sus palacios más emblemáticos; hablamos del palacio de Monsalves, un edificio que siempre se tuvo por encantado y en cuyo interior se contaban experiencias extrañas que no se lograban explicar satisfactoriamente, quizás el ser propiedad de la Junta de Andalucía, con el silencio que ello conlleva, no ha animado a muchos trabajadores a hablar públicamente de sus experiencias.
El edificio es conocido popularmente como Palacio de Monsalves, también es denominado como Palacio del Marqués de Aracena, en pleno casco histórico de Sevilla y obra, en el siglo XX, de Francisco Javier Sánchez-Dalp y Calonge, marqués de Aracena, con el insigne arquitecto Aníbal González y la participación de José Espiau.
No obstante durante la grabación de la serie de Antena 3 Allí abajo sus actores han tenido interesantes experiencias que sí se han atrevido a narrar en el transcurso de una entrevista promocional en el programa de Pablo Motos El Hormiguero. La actriz sevillana María León comentaba cómo durante el rodaje han tenido sensaciones de estar siendo acompañados u observados, incluso ella misma cuenta lo que le sucedió: «Estaba en el servicio ya que necesitaba orinar, es un baño antiguo con una ducha frente, de repente sentí algo y se abrió la ducha sola, vi cómo se abría, entonces me dije que eso era imposible y dije: Rocío déjate de cachondeo, llamé a un compañero y la ducha volvió abrirse, y dije que si podía abrirse de nuevo y se abrió, muy fuerte».
El equipo ha bautizado incluso al fantasma, dicen que pertenece a una niña y la llaman Rocío. Pero no es la única experiencia, en la sala de maquillaje las luces presentan un mal funcionamiento, encendiéndose y apagándose a voluntad, suficiente para que, con la risa nerviosa, digan aquello de: «Ya está aquí Rocío». El equipo técnico no le encuentra explicación.
El actor onubense Mariano Peña también habló de las particulares bromas que les gasta el fantasma de Rocío.
Ya hace unos años, durante la redacción e investigación de mi obra Guía Secreta de Sevilla un vigilante de seguridad me narraba cómo por las noches sentían pisadas y ruidos extraños en la planta superior, cómo sentían llorar a alguien o experimentaban caídas fortísimas de temperatura, incluso recogió alguna psicofonía en su móvil que le invitaba a irse del lugar.
El Palacio de Monsalves se alza sobre un edificio del siglo XVI pero conserva muy poco de su disposición primitiva y hoy es el hogar de algo inexplicable que inquieta a todo el que trabaja en su interior.
 

EDIFICIOS MISTERIOSOS DE SEVILLA

EDIFICIOS MISTERIOSOS DE SEVILLA
Por: Jose Manuel García Bautista
Comencemos nuestra visita por Sevilla donde no debemos ser indolentes con los evocadores ecos del pasado y presente de esta ciudad. Un pasado glorioso y penoso cuya gloria y penas dejó entre los muros de sus edificios los vestigios incorpóreos de las llamadas: almas en pena. Espectros, fantasmas, aparecidos o seres del más allá que moran por los más insignes edificios sembrando de pánico y terror la existencia de aquellos que se tropiezan en su camino…, un camino de otro mundo…
Las casas encantadas son lugares en los que uno quizá no debiera estar sólo. Si lo hace debería hacerlo sin temor a que entes o seres del más allá se manifiesten. Ahora vamos a recorrer las calles sevillanas a la busca de aquellos edificios con tradición de encantados, en una ciudad donde gracias a las recientes investigaciones se han podido descubrir una gran cantidad sucesos que van más allá de toda explicación, más allá de la vida y más allá de la razón.
Desde La Cartuja a Miraflores, nada escapa al misterio
A veces el ser humano se enfrenta a sus propios miedos y sus propios temores, situaciones cotidianas que pueden sobrepasar a la persona y optar por la decisión más “fácil” y la más cruel: el suicidio.
La historia que me dispongo a contarles es absolutamente real y tiene como protagonista a una de estas personas que optó por este camino y pese a ello, ni más allá, obtuvo la paz que necesitaba.
Hay un lugar en la Isla de la Cartuja, en Sevilla, que era utilizado como una especie de almacén por la Policía Local, unas instalaciones que eran custodiadas por agentes que allí desarrollaban las tareas propias de vigilancia.
Todo discurría con normalidad, la Cartuja es uno de esos lugares de la ciudad donde pocas referencias de su pasado hay. Fue en el siglo XIII, en 1400, cuando se funda el Monasterio de Santa María de las Cuevas, de la orden de los cartujos que sería conocido popularmente como Monasterio de la Cartuja y que tendría un huésped de honor al ser la residencia y primera sepultura de Cristóbal Colón. En el siglo XIX con la desamortización el monasterio se privatizó siendo la fábrica de porcelana y loza La Cartuja Pickman de Sevilla, de gran renombre y prestigio.
Con la Exposición Universal de 1992 se urbaniza y se asimila aquel espacio para celebrar tan magno evento albergando pabellones de países y otras instalaciones, posteriormente ocupadas parcialmente por el Parque Tecnológico Cartuja 93 e Isla Mágica.
En sus cercanías está el Parque del Alamillo que ya el ilustre Miguel de Cervantes lo mencionara en su obra El Rufián.
Charli III, Isla de la Cartuja
Allí en Cartuja estaba el denominado ‘Charli III’ en la banda de servicios de la Expo’92 y que fue demolido y que no estuvo exento de polémica pues fue fruto de un robo, o expolio, en el que se llegó a detener a cuatro empleados de una empresa chatarrera imputándoseles un presunto delito de robo con fuerza y daños así al menos lo manifestó ante la Policía Nacional el responsable del desalojo de este edificio e intendente de la Policía Local que señalaba que todo lo relacionado con el desmontaje «era competencia exclusiva del servicio de Edificios Municipales».
De las instalaciones policiales se desmontaron y trasladaron luminarias, cableado eléctrico, bases de enchufe, accesorios de cuarto de baño, alguna puerta de paso cortafuegos y «todo lo que le parecieron reutilizable sin que se conociera su destino según indicó la policía.
En ese marco nos ubicamos para, en la transición mientras se cerraba las dependencias policiales asistir a un hecho luctuoso y triste: el fallecimiento de un policía local que se suicidó y que hacía labores de vigilancia (trabajo) allí mismo en “Charli III”.
Casualidad o no comienzan a ocurrir hechos insólitos en “Charli III”, aunque no seré yo quien diga que es “espíritu” del policía es el que vaga-vagaba por aquellas instalaciones, luces que se encendían y se apagaban, extraños ruidos, susurros en la noche, puertas que se abrían y cerraban, ventanas que hacían lo propio, descensos bruscos de temperaturas… Un cuadro completo de fenómenos realmente extraños.
Los hechos alcanzaron cotas inimaginadas cuando varios agentes se negaron a realizar más servicios en “Charli III” debido a todos estos extraños incidentes. Uno de ellos llegó, incluso, a ver una extraña silueta negra, sombría, oscura, que se paseaba por el lugar y que le causó tanta inquietud que decidió no volver a trabajar más allí.
Actualmente hemos procedido a una investigación en la zona pero poco, nada, queda ya de todo ello; cualquier vestigio ha desaparecido pero siempre hay una posibilidad de que el fantasma que allí mora vuelva a manifestarse.
En la misma Isla de la Cartuja tenemos otro lugar encantado o, al menos, con fenómenos inexplicados en su interior. Nos estamos refiriendo a las instalaciones del CIC en avenida de Américo Vespucio.
Conocido como CIC Cartuja o Centro de Investigaciones Científicas Cartuja, en su interior vienen sucediendo hechos increíbles: objetos que desaparecen solos y extraños ruidos que inquietan a quienes allí trabajan, personas de notable nivel científico que se alejan mucho de inclinaciones paranormales.
Sin embargo la realidad que viven va más allá de cualquier explicación razonable y se quejan amargamente de esos “detalles” que les hacen pensar en fantasmas.
Habría que irse a la época de la construcción del edificio para comprobar los primeros síntomas de lo que hoy es su realidad, un testigo nos decía: “Yo trabajé en la construcción del edificio y nos desaparecían las herramientas o nos la movían de sitio. Creíamos que era un compañero o algún gracioso, pues no la robaban ya que aparecían al cabo de los días. Pero entonces nos acordamos del tema de la calle San Luis, que aún no había salido públicamente pero entre gente de la construcción lo sabíamos. Guardamos las herramientas en un arcón bajo llave y, pese a todo, las herramientas o desaparecían o aparecían fuera del arcón. Aquello era imposible”.
Una vez finalizado el edificio y antes de ser entregado tenía una vigilancia a cargo de una empresa de seguridad: “Las noches allí eran eternas. Se sentían ruidos de todo tipo pero lo peor fue una noche que sentí a un niño llorar. Creía que era un gato o algo y no eche cuenta hasta que escuché como decía “mamá, mamá”, entonces salí rápidamente a ver qué ocurría pues podía ser un crío en apuros” nos comentaba nuestro segundo testigo. “Seguí buscando pero no encontré nada. Regresando al sitio que ocupaba como “garita” vi al final del pasillo de la galería aun niño como con un babi y le dije que se esperara pero desapareció delante de mis ojos, aquella experiencia fue brutal”.
“Un compañero aficionado a estos temas hizo psicofonías allí y hay una que decía claramente “ayúdame”, se me ponen los pelos de punta. No sé qué fue de mi compañero, cuando dejé este trabajo perdimos el contacto pero era terrible. Allí pasaban cosas raras” decía aún impresionado.
Los trabajadores del CIC en la actualidad tienen sus pequeñas experiencias en el interior de su lugar de trabajo y no hay quien dude que allí dentro ahí sucesos sólo atribuibles al más allá.
Hospital de San Lázaro
Si seguimos transitando por este lugar y atravesamos este popular barrio de Pino Montano saldremos a la salida hacía la Sierra Norte de la provincia, al final de la avenida del doctor Fedriani, nos detenemos justamente aquí para entrar en el vetusto edificio del Hospital de San Lázaro, un lugar que también pone los pelos de punta.
El hecho más sorprendente que ocurrió en su interior nos traslada a la década de los 70 cuando Miguel Fernández Carrasco, vecino del Aljarafe sevillano, debió ser atendido en sus dependencias ya que según él: “una nave de origen extraño lo había agredido”. Llegó lleno de magulladuras, roces y tiznado de una no tan extraña grasa vegetal. Los doctores Monsalve Cano y Troaño lo atendieron y cursaron parte al Juzgado de Instrucción número 6 en el Prado de San Sebastián donde el juez Sr. Bouza Gil admitió la denuncia que posteriormente quedó archivada por evidentes falta de pruebas.
El periodista Benigno González sería cronista de excepción para la edición de ABC el día 29 de Enero de 1976. Pues en este mismo edificio antaño se ubicaba una de las leproserías de la ciudad, mandada construir fuera de los límites de Sevilla por el rey Alfonso X “El Sabio” y donde recalaban todos aquellos que tenían o habían contraído la lepra sino también cualquier enfermedad infecciosa que pudiera poner en peligro a los habitantes de la ciudad. Especialmente virulento fue el brote de epidemia de peste, tal y como contábamos en el primer volumen de estas guías, fechado en 1649 y que terminó con la mitad de la población, entre ellos el del inigualable Juan Martínez Montañés que dejó esta vida un 18 de Junio de ese mismo año.
En el interior de este edificio son muchos los relatos que se cuentan y que hay que saber separar la leyenda de la realidad. Es curioso porque en su interior buena parte del equipo de trabajadores, sanitario o de mantenimiento del mismo tiene una historia extraña que contar, desde una formación de aparecidos como almas en pena que debe recordarnos su anterior condición de leprosería con esta suerte de “Santa Compaña” hasta la visión etérea de una señora vestida de negro. Entre pacientes y trabajadores forman una sólida red de testimonios que abogan por la realidad de los fenómenos paranormales en su interior. El por entonces supervisor de quirófanos habla de la aparición de una monja en dicha zona, y tal vez entre exageración o, ¿quién sabe?, realidad comentaba que fue aquella monja espectral la causante del fallecimiento de tres personas…
En cierta ocasión un ATS del centro hospitalario quedó encerrado en una zona sin uso, entonces comenzó a sentir como algo frío se le acercaba y ante él se comenzó a forma la imagen fantasmagórica, etérea, de una aparecida que casi lo mata de la impresión.
Entre los empleados de este centro sanitario también se habla de extraños sonidos, de psicofonías, de quejidos y llantos lastimeros que provienen de la nada. Si visitamos la segunda planta del edificio encontramos otra de esas historias que nos hablan de una habitación maldita, hechizada, embrujada… Es la habitación 203, allí nos comenta Francisco C. que: “Aquí se vio una vez un hombre rondar, se acercaron unos compañeros y le dijeron si era paciente del centro, tenía muy mal aspecto, entonces aquel hombre dio su nombre y sus datos y uno de los enfermeros fue a comprobarlo, el hombre se desvaneció… Lo curioso fue que al comprobar los datos que les había facilitado se comprobó que aquel señor había sido paciente y que había fallecido allí mismo hacía ya unos años… Vamos, todo un fantasma”. ¿Leyenda o realidad? Sólo hace falta pasar una noche en el interior de este hospital para ser consciente de que algo muy extraño sucede en su interior.
Cerca del Hospital de San Lázaro está el Cementerio de San Fernando, ahí nos cuenta José Antonio Pajares como un amigo recogió a una mujer, por la noche, en las cercanías. El conductor del taxi le dijo: “¿Dónde la llevo?” y ella dijo lacónicamente “al cementerio”. El automóvil se vio inundado de un repentino frío, la mujer no hablaba, estaba muy pálida. El conductor creía que iba al Hospital de San Lázaro, la miró por el retrovisor y su rostro no reflejaba ninguna emoción. Al llegar al cementerio, antes de detener el automóvil, le dijo: “¿dónde quiere que la deje señora?” y nadie contestó, se giró y allí atrás, en el asiento trasero, no había nadie.
 

CASAS ENCANTADAS Y LUGARES MISTERIOSOS DE SEVILLA

CASAS ENCANTADAS Y LUGARES MISTERIOSOS DE SEVILLA

Por: Jose Manuel García Bautista

Comencemos nuestra visita por Sevilla donde no debemos ser indolentes con los evocadores ecos del pasado y presente de esta ciudad. Un pasado glorioso y penoso cuya gloria y penas dejó entre los muros de sus edificios los vestigios incorpóreos de las llamadas: almas en pena. Espectros, fantasmas, aparecidos o seres del más allá que moran por los más insignes edificios sembrando de pánico y terror la existencia de aquellos que se tropiezan en su camino…, un camino de otro mundo…

Las casas encantadas son lugares en los que uno quizá no debiera estar sólo. Si lo hace debería hacerlo sin temor a que entes o seres del más allá se manifiesten. Ahora vamos a recorrer las calles sevillanas a la busca de aquellos edificios con tradición de encantados, en una ciudad donde gracias a las recientes investigaciones se han podido descubrir una gran cantidad sucesos que van más allá de toda explicación, más allá de la vida y más allá de la razón.

El Cementerio de los Ingleses

San Jerónimo

De Sevilla se ha escrito mucho, se ha hablado de ella como un lugar mágico, como un lugar de poder, de tradición, de regionalismo, de particular idiosincrasia, pero jamás se había hablado de la Sevilla encantada a través de sus edificios y es que ya nada más entrar en Sevilla por el Norte, desde la Sierra, nos encontramos con la primera sorpresa: se trata de un lugar en pleno corazón del barrio de San Jerónimo que atiende al nombre de “Cementerio de los ingleses”.

Fue John B. Williams, a la sazón vicecónsul del Reino Unido en Sevilla, quién en el año 1855 compró terrenos para poder enterrar dignamente a los marineros que fallecían ,víctima de la tuberculosis, en tierras andaluzas al servicio de las navieras británicas y ante la imposibilidad de poder trasladar sus cadáveres a su patria. Desde entonces este desconocido rincón lúgubre de Sevilla acoge la última morada de esos británicos fallecidos en nuestra ciudad… y donde de unas fechas hacía acá han sucedido los diferentes fenómenos paranormales que hoy informamos desde estas páginas.

El cementerio de los ingleses de Sevilla es de menor tamaño que el famoso –paranormalmente hablando- de Málaga aunque no por ello deja de ser historia cultural de esta ciudad. De difícil acceso para la investigación y con mil y una trabas antes de acometer cualquier pregunta a sus cuidadores, este cementerio pasa por ser uno de los más simbólicos para la comunidad angloparlante de la cuidad.

Lo primero que salta a la vista del lugar son las condiciones del mismo, en abandono, muy descuidado y con pocas atenciones por parte de sus cuidadores. Acceder al mismo es relativamente fácil a tenor de los escasos dos metros de muro que franquean el acceso a su interior y a sus secretos…

Allí se hallan enterrados muchos de aquellos caídos en suelo patrio y que debido a su religión no pudieron ser enterrados en terreno sagrado. Es el cementerio protestante que lo llaman aquellos que lo conocen y que parece un lugar inhóspito… En su interior han producido una serie de fenómenos inquietantes que van desde la grabación de psicofonías hasta la celebración de ritos satánicos. Son los cementerios lugares habituales donde los aficionados a lo paranormal buscan encontrarse cara a cara con el misterio. Quizás la historia, ¿o leyenda?, que más nos conmueve es aquella que habla de un padre que comete un infanticidio. Su hijo es enterrado en este cementerio y el padre, incapaz de soportar la culpa se quita la vida comido por los remordimientos. En la actualidad el pequeño no deja ni en la otra vida al padre desventurado y de vez en cuando puede oírse el llanto lastimero de un niño junto a la tumba del parricida. Toda una lección de venganza de ultratumba. Si tiene la oportunidad de entrar en su interior no pierda detalle de las improvisadas ouija sobre las lápidas o de las estrellas de cinco puntas invertidas mal esbozadas producto de alguna noche de invocaciones.

Carlos Ojeda es una de estas personas quien dentro de un círculo de aficionados al “juego” ha entrado en el cementerio:” Es difícil de explicar porque entramos en estos lugares, quizás porque al hacer ouija creemos que el cementerio nos facilitará el contacto debido al lugar, no sé, tal vez por sugestión, pero lo cierto es que la última vez que estuvimos un grupo de cuatro personas allí contactamos con alguien que “hablaba” en inglés y que nos dijo que su tumba estaba dos lápidas más atrás y así fue al comprobarlo… Sea como sea allí cuando uno hace ouija se siente más en el más allá y por eso nosotros y otros grupos entramos y estamos un rato…La descarga de adrenalina es brutal”. Y las sesiones hoy día se siguen produciendo…, quizás más que buscando ese contacto con lo desconocido pues provocando la reacción del subconsciente y de la propia sugestión…

En el cementerio descansan personajes tan ilustres para nuestra ciudad como Bernard Whishaw, por ejemplo, el inglés que instaló en la calle Ángeles un Museo Arqueológico o los restos de John Scroop, un héroe de la guerra de la Independencia, que murió en el puente de Triana junto a las tropas españolas contra los franceses en defensa de la ciudad. Quizás ganaron su descanso en el Panteón de Sevillanos Ilustres bajo la Facultad de Bellas Artes de Sevilla pero su condición Protestante les privó de este honor sin dudas merecido.

Diferentes diarios sevillanos en sus páginas locales (“20 Minutos” o ABC de Sevilla) recogen los testimonios de vecinos que comentan: “Aquí no viene nadie, sólo un jardinero una vez al mes” y prosiguen “aquí vienen también muchas noches a realizar ritos satánicos” aunque la Policía argumenta “no tener conocimiento alguno”.

El manicomio de “Miraflores”

Barrio de Pino Montano

Cerca de la denominada “Supernorte”, ronda de circunvalación, de Sevilla, al pie de esta carretera, junto a la entrada del popular barrio de Pino Montano, encontramos un viejo y gran edificio de ladrillo visto, con varias alas en el que parte de su actividad ya ha cesado y en la actualidad tan sólo se mantienen varios pabellones en uso pero su actividad de “manicomio”, como se le conoce en Sevilla, paso a ser repartida entre otras instituciones.

Estamos en el Hospital Psiquiátrico de Miraflores, edificio que en la actualidad es competencia de Diputación de Sevilla y lo que en su interior habita igualmente. Una de aquellas empleadas quién le ha tocado en suerte trabajar en su interior –en la actualidad ya no- sólo nos apuntaba: “Las noches allí son horrendas…”

José Luis S. también ha trabajado en su interior: “Yo trabajé mucho tiempo allí, cuando había pacientes y cuando no. Cuando había paciente tenía un pase  pero ¿y cuando estaba aquella ala sola?… Pues se seguían oyendo gritos, pero no de un animal, que esos los conocemos, gritos de persona como si todavía hubiera allí dentro algo, un recuerdo, algo, el caso es que es tremendo… Cuando tú vas a las habitaciones de azulejos (llamadas así porque están alicatadas incluyendo el suelo, estaban dedicadas a tareas de limpieza) era horrible, percibías cosas, aquellos pasillos que no se acababan y podías oír como algo gruñía, o como te siseaban, o de cómo las luces se iban apagando y encendiendo tras de ti… Es horrible”.

Y seguimos escuchando los testimonios de aquellos que han sufrido experiencias de este tipo, María J. trabajó en el interior del edificio durante cinco largos años: “Era lo peor, cuando llegaba el turno de noche me echaba a morir, de día vaya porque hay luz y hay más gente…, pero de noche es que no se sentía un alma allí y para colmo es que éramos dos personas y con muy pocas ganas de bromas… Un día venía de uno de los patios y cogí el pasillo que lo rodea, entré en una de las galerías y sentí como me llamaban…”Mari” decía aquella voz…mira, un escalofrío me dejó helada, y otra vez aquella voz me dijo: “Mari”, mire buscando quién podía ser, no vi a nadie y salí corriendo en busca de mi compañera que se encontraba en el otro extremo del edificio, llegué tan nerviosa que tuvimos que parar cerca de una hora, ella no podía haber sido, al sentirme llamarla vino a mi encuentro y le conté lo que me había pasado, entonces ella me confesó que a ella también le pasaba muchas veces y que por eso llevaba siempre la radio puesta y alta… esta vez tuve suerte y la pillé cambiando las pilar…Si no la llego a encontrar me muero”.

En este edificio también encontramos un módulo de la Cruz Roja y un centro de día, aún destaca su antigua arquitectura y las estancias para los residentes, las habitaciones, las zonas de “Limpieza” alicatadas hasta el techo con los tragadores en medio de la sala, largos pasillos con puertas a ambos lados y un ambiente de extrema frialdad, a medida que subimos la situación se normaliza, habitaciones, pasillos y zonas comunes, en la zonas bajas se encontraban las estancias de los pacientes más violentos, las enfermerías, baños y cocinas, todo en estado de semiabandono.

Ventanas tapiadas, rejas en las puertas y en las ventanas en las que el ladrillo no quiso cegar su luz. Los vigilantes de seguridad siguen haciendo su ronda en torno al edificio y no dudan en llamar a las fuerzas del orden público siempre que un curioso o un osado buscador de misterios decide adentrarse en si interior.

Los vigilantes, esos inestimables confidentes, también tenían que contarnos algunas experiencias: “Es difícil deciros si  pasa algo o no que sea extraño, hombre, por el tiempo que llevo aquí te diría que sí, que lo es, sobre todo cuando de madrugada, a las 3 miras algo que te llama la atención y es una luz en el edificio que se enciende, os una silueta, como si alguien llevara una luz que se pasea de un lado a otro cuando sabes que allí en ese momento no debería de haber nadie. Entras y buscas, con mucho miedo, y no hay nadie, vuelves a salir y allí está de nuevo la luz, acabas por no echarle cuenta. ¿Para qué? Otras veces sientes un alarido enorme desde el interior y prefieres pensar que es algún animal. Hombre, cuidado hemos de tener, muchas veces vienen chicos alentados por el programa de Iker Jiménez y se creen que venir aquí es venir de excursión a buscar fantasmas y aquí hay que tener mucho cuidado y tener en cuenta que hay personas trabajando, esto no es ninguna feria y luego demuestran ser muy inconscientes, ahí dentro te puedes hacer daño y aunque es muy difícil entrar si alguien entra y le pasa algo fíjate la papeleta para él y para nosotros. Sí que se pasa mal y se sienten cosas raras pero si echáramos cuenta a todo eso no podríamos trabajar aquí” sentencia nuestro amigo mientras salimos del edificio charlando sin echar la vista atrás.

Durante las investigaciones en su interior se han podido grabar diferentes sonidos, algunos los llamarán psicofonías, otros “voces del más allá”, otros creerán que han sido producto de algunos de los integrantes de la noche de investigación y la mayoría no tenemos una explicación lógica a un fenómenos que no logramos entender y que tampoco es una garantía que en el lugar se estén produciendo hechos paranormales. Si es cierto que se han detectado descensos bruscos de temperatura justo cuando se han grabado diferentes hechos insólitos como las luces de las galerías encendiéndose y apagándose sin que nadie active los interruptores, o de cómo se nos ha arrojado viejo material del psiquiátrico desde plantas más elevadas sabiendo que en ellas no hay nadie, o de cómo viejos archivadores se han abierto impulsadas por una fuerza que no alcanzamos ver. Las personas que nos acompañaban en esta ocasión eran dotadas de una cierta sensibilidad en este tipo de lugares, coincidían en el dolor encerrado en el lugar, las penas, la amargura, la sinrazón. Quizás todo ello haya “impregnado” todos y cada uno de los rincones de este edificio con fama de maldito, con fama de embrujado.

En nuestra visita diurna a este lugar visitamos igualmente la sala de calderas, pero de entre todo destacaba aún el olor a desinfectante médico y a medicamentos que mantiene la zona de farmacia donde aún hay muchos de estos productos caducados en estado de almacenamiento. En el edificio es fácil desorientarse, su grande galerías, largos pasillos y múltiples recovecos hacen que haya que extremar la precaución y se desaconseja visitarlo de noche y sin permiso, es muy peligroso.

Profundizando en las peculiaridades del edificio conocido como «las plantas» siempre se ha dicho que se oyen cosas extrañas, ruidos, murmullos, gritos… Un testigo R.R. nos decía: “yo no lo conocí cuando aún funcionaba, pero después sí que estuve una noche allí junto a otras dos personas y dejé el “mp3” conectado. Al día siguiente copié la grabación en el ordenador y abrí el archivo con el Nero Wave (programa de edición y audio) ese o como se llame para poder ver si había algún pico de sonido…, y lo había.

Calculé la hora y sobre las cinco de la madrugada se escucha un «pum» seco, sin ruido previo ni posterior. El “mp3” lo dejé sobre un fregadero de acero inoxidable con la idea de que si se acercaban ratas recogiera el sonido de sus patitas sobre el acero. Nada de ruido”, nuestro testigo proseguía su experiencia “las trampas para ratas que había en el lugar eran costillas, por lo que en caso de haber saltado alguna el animal no muere en el acto, pega saltos durante un tiempo antes de morir. Descartada la costilla asesina.

En fin, si tenemos la oportunidad de oír la grabación juntos te explico sobre la marcha”.

“En otro edificio conocido como «profundo antiguo» un compañero vio a una monja sentada en una silla junto a una escalera, el chico pasó, le dio los buenos días y siguió hacia otro edificio.  Luego preguntó a los compañeros que quién era aquella religiosa y nadie daba crédito a lo que estaba contando, pues por la descripción que dio de la religiosa se trataba de sor Agustina, fallecida hacía ya algunos años, antes de que el chico entrara a trabajar allí. Si hay alguien incrédulo en este mundo ese es este hombre, pero sigue jurando y perjurando que vio a una religiosa sentada al pie de la escalera. Al parecer allí era donde ella solía solazarse. Hoy en día hay un residente que aun dice hablar con ella, se levanta de madrugada, se asoma a la ventana del final del pasillo y dialoga con sor Agustina, aunque el edificio donde esto ocurre es otro y no donde la vio sentada”.

En plantas superiores el sonido inconfundible de las palomas hacen que sepamos separar lo extraño de lo racional y en este golpe estas aves han buscado su refugio en el  interior del edificio.

Viejos rastros de incendios y camas que no dejan lugar a las dudas de la función de este hospital que se encargaba de sanar, a veces, las mentes de quienes tenían la desgracia de ocupar sus habitaciones. Es curioso porque entre sus sombrías plantas una de nuestras acompañantes decía ver repetidamente a una persona, un hombre, que se suicidó allí mismo, una persona que decidió poner fin a su vida ahorcándose y dejando su vida allá donde la cordura perdió la razón.

Quizás sea un comienzo por donde tratar de explicar unos fenómenos a los que aún les quedan mucha investigación y muchas horas por determinar su misterio. Hay veces en las que la locura es el acceso a un mundo de realidades paralelas que no vemos y tampoco podemos visitar, aquellos que entran en él difícilmente pueden abandonar lo visitado. ¿Quién sabe? En los tiempos que corren y con lo difícil que ya resulta vivir y convivir en paz, entre tanta guerra, hambre y destrucción quizás esa resulte la mejor salida… Decía un sabio al respecto que: “A veces el mejor de los cuerdos es un loco”.

Hospital de San Lázaro

Polígono Norte de Sevilla, vía San Jerónimo

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Si seguimos transitando por este lugar y atravesamos este popular barrio de Pino Montano saldremos a la salida hacía la Sierra Norte de la provincia, al final de la avenida del doctor Fedriani, nos detenemos justamente aquí para entrar en el vetusto edificio del Hospital de San Lázaro, un lugar que también pone los pelos de punta.

El hecho más sorprendente que ocurrió en su interior nos traslada a la década de los 70 cuando Miguel Fernández Carrasco, vecino del Aljarafe sevillano, debió ser atendido en sus dependencias ya que según él: “una nave de origen extraño lo había agredido”. Llegó lleno de magulladuras, roces y tiznado de una no tan extraña grasa vegetal. Los doctores Monsalve Cano y Troaño lo atendieron y cursaron parte al Juzgado de Instrucción número 6 en el Prado de San Sebastián donde el juez Sr. Bouza Gil admitió la denuncia que posteriormente quedó archivada por  evidentes falta  de pruebas.

El periodista Benigno González sería cronista de excepción para la edición de  ABC el día 29 de Enero de 1976. Pues en este mismo edificio antaño se ubicaba una de las leproserías de la ciudad, mandada construir fuera de los límites de Sevilla por el rey Alfonso X “El Sabio” y donde recalaban todos aquellos que tenían o habían contraído la lepra sino también cualquier enfermedad infecciosa que pudiera poner en peligro a los habitantes de la ciudad. Especialmente virulento fue el brote de epidemia de peste  fechado en 1649 y que terminó con la mitad de la población, entre ellos el del inigualable Juan Martínez Montañés que dejó esta vida un 18 de Junio de ese mismo año.

En el interior de este edificio son muchos los relatos que se cuentan y que hay que saber separar la leyenda de la realidad. Es curioso porque en su interior buena parte del equipo de trabajadores, sanitario o de mantenimiento del mismo tiene una historia extraña que contar, desde una formación de aparecidos como almas en pena que debe recordarnos su anterior condición de leprosería con esta suerte de “Santa Compaña” hasta la visión etérea de una señora vestida de negro.  Entre pacientes y trabajadores forman una sólida red de testimonios que abogan por la realidad de los fenómenos paranormales en su interior. El por entonces supervisor de quirófanos habla de la aparición de una monja en dicha zona, y tal vez entre exageración o, ¿quién sabe?, realidad comentaba que fue aquella monja espectral la causante del fallecimiento de tres personas…

En cierta ocasión un ATS del centro hospitalario quedó encerrado en una zona sin uso, entonces comenzó a sentir como algo  frío se le acercaba y ante él se comenzó a forma la imagen fantasmagórica, etérea, de una aparecida que casi lo mata de la impresión.

Entre los empleados de este centro sanitario también se habla de extraños sonidos, de psicofonías, de quejidos y llantos lastimeros que provienen de la nada. Si visitamos la segunda planta del edificio encontramos otra de esas historias que nos hablan de una habitación maldita, hechizada, embrujada… Es la habitación 203, allí nos comenta Francisco C. que: “Aquí se vio una vez un hombre rondar, se acercaron unos compañeros y le dijeron si era paciente del centro, tenía muy mal aspecto, entonces aquel hombre dio su nombre y sus datos y uno de los enfermeros fue a comprobarlo, el hombre se desvaneció… Lo curioso fue que al comprobar los  datos que les había facilitado se comprobó que aquel señor había sido paciente y que había fallecido allí mismo hacía ya unos años… Vamos, todo un fantasma”. ¿Leyenda o realidad? Sólo hace falta pasar una noche en el interior de este hospital para ser consciente de que algo muy extraño sucede en su interior.

Cerca del Hospital de San Lázaro está el Cementerio de San Fernando, ahí nos cuenta José Antonio Pajares como un amigo recogió a una mujer, por la noche, en las cercanías. El conductor del taxi le dijo: “¿Dónde la llevo?” y ella dijo lacónicamente “al cementerio”. El automóvil se vio inundado de un repentino frío, la mujer no hablaba, estaba muy pálida. El conductor creía que iba al Hospital de San Lázaro, la miró por el retrovisor y su rostro no reflejaba ninguna emoción. Al llegar al cementerio, antes de detener el automóvil, le dijo: “¿dónde quiere que la deje señora?” y nadie contestó, se giró y allí atrás, en el asiento trasero, no había nadie.

Lugares mágicos de Sevilla, lugares misteriosos, lugares donde no se querría quedar a solas o donde la realidad supera a la ficción y el misterio, lo desconocido, lo inexplicable, se manifiesta para dejar su huella imborrable en el tiempo.

 

 

SIMBOLOGÍA OCULTA EN LOS MONUMENTOS DE SEVILLA (1ª.Parte)

SIMBOLOGÍA OCULTA EN LOS MONUMENTOS DE SEVILLA (1ª.Parte)

Por: Jose Manuel García Bautista

A continuación permítanme llevarles al mundo del lenguaje oculto, de los secretos vistos pero no interpretados, de las palabras no mostradas, de los dobles significados y los juegos de interpretación… Interpretación de la que si se dispone de la clave que descifra su código le colocará en un mundo diferente y ajeno al que el no-poseedor de la misma tiene acceso… Porque Sevilla es uno de los lugares del mundo donde más y mejor son evidenciadas en su arquitectura y su arte esas claves secretas y ocultas pero a la vez visibles, ¡qué paradoja! Una ciudad cuyos edificios esconden las claves de un lenguaje tan críptico que sólo está al alcance de unos pocos elegidos. El lenguaje de los símbolos y la simbología oculta… quizás sólo accesible al iniciado, ¿quiere conocerlo? Read the rest of this entry »

 
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Publicado por en febrero 12, 2017 en Investigaciones

 

FENÓMENOS INEXPLICABLES EN SEVILLA

FENÓMENOS INEXPLICABLES EN SEVILLA
Por: Jose Manuel García Bautista
No se saben los mecanismos por los cuales un objeto puede adquirir connotaciones demoniacas, diabólicas o malditas y tras un periodo latente despertar para manifestar hechos paranormales impropios de la realidad.

A poca distancia de la Casa Fabiola nos encontramos otro lugar marcado por los fenómenos paranormales. No se saben los mecanismos por los cuales un objeto puede adquirir connotaciones demoniacas, diabólicas o malditas y tras un periodo latente despertar para manifestar hechos paranormales impropios de la realidad.

La cuna maldita en Calle Cabeza del Rey don Pedro
En ocasiones lo imposible, lo inexplicado, nos llega sin saber cómo ni por qué, simplemente un día comienzan a manifestarse fenómenos inquietantes en nuestro propio domicilio y el misterio surge con tremendo poder para sembrar la inquietud y el miedo en nuestro hogar.
La historia de Laly es particular, singular… Recién mudada a una nueva casa, con su marido y su hijo recién nacido, su vida transcurría con normalidad. En cierta ocasión, teniendo su esposo el día libre, se dio un paseo por el mercadillo de la calle Feria, el denominado Jueves por ser el día en el que se pone allí, y se encaprichó de una cuna blanca antigua; el precio era irrisorio: 35 euros. Ni regateó con el vendedor, quiso llevársela de inmediato para que fuera parte de la vida de su hijo pequeño…
Llegó a casa, notó que no cabía montada por la escalera y montó la cuna en la habitación del niño, la limpió y la preparó para acomodar allí al pequeño… Pronto comenzarían a surgir los primeros problemas en aquella casa, coincidiendo con la llegada de tan bello presente. Hacía meses que Laly se había mudado a una nueva casa, que llevaba años sin ser alquilada. Era una casa preciosa, toda blanca, rústica y con un patio sevillano muy bonito. Estaba muy bien situada pues se encontraba en el centro de Sevilla, en el casco antiguo, allá vivía con su marido Juan y su hija María, un bebé precioso que apenas contaba siete meses.
Un día, estaba Laly haciendo la comida en su cocina, una cocina amplia a la que se accedía por una puerta de marco pequeño, por el cual sólo cabía una persona, cuando escuchó a su pequeña llorar a través del transmisor para bebés. Subió a la habitación de la pequeña llevando consigo el biberón con un poco de agua, por si la pequeña tenía sed.
Al entrar en la habitación observó que María dormía plácidamente, así que volvió a la cocina, pensando que, quizás, su conciencia alerta le había jugado una mala pasada. Estaba cortando unas verduras cuando volvió a oír a la niña por el transmisor, esta vez un poco más fuerte y más tiempo, así que de nuevo fue a la habitación de María. Al llegar, ésta seguía dormidita en su cuna y no daba señal de haber llorado… Laly volvió a la cocina, ya un poco enfadada.
La vitrocerámica la tenía a espaldas de la puerta de salida, se encontraba allá, sofriendo la verdura. De momento oyó de nuevo el llanto de la niña, que era mucho más fuerte y más largo que los dos anteriores. Esta vez no tuvo que ir a la habitación de María, pues al volverse para acudir al llanto, María se encontraba en la cocina con cuna incluida. Laly cogió a su pequeña, salió despavorida de la casa, llamó a su marido y le pidió que fuera a casa de inmediato. Al llegar se encontró a la mujer con la niña en brazos y la cuna en la cocina, ¡había bajado desde la tercera planta!
Comenzó a desmontarla para tirarla y por el emisor comenzó a sentir un llanto, un llanto que lo dejó helado y que identificó con el de una mujer llorando, un llanto vinculado al pasado de esa cuna.
¿Cómo pudo pasar la cuna por aquella escalera y puerta tan estrecha? La cuna actuó como un desencadenante, como una chispa que abrió la caja de Pandora que desbordaron los fenómenos inquietantes en aquel lugar.
A veces los objetos se convierten en una maldición, los vemos en mercadillos o escaparates, sentimos una irrefrenable atracción por ellos y sucede lo inevitable: lo compramos y nos los llevamos. A partir de ese momento un objeto maldito ha entrado en nuestro hogar.
La llamada del más allá en Calle O’Donnell
El ser humano siempre ha sentido una inquietud por el momento de la muerte, saber si habrá algo más allá de la vida o si, por el contrario, todo se acaba con el final de nuestra existencia y nos sumimos en un sueño eterno del cual no volveremos a despertar.
Es una cuestión turbadora, preocupante, que llena de temor a quienes se lo plantean. Internamente creemos que debe haber algo más pero la realidad es que nadie ha vuelto de la muerte para decirnos lo que nos vamos a encontrar, al menos que sepamos de una forma que ampare la Ciencia más ortodoxa.
Pero, sin embargo, los investigadores del misterio, lo extraño, lo inexplicado, acumulan cientos de horas con grabaciones de testigos que dicen haber regresado de la muerte tras sufrir una ECM (Experiencia Cercana a la Muerte), de miles de registros de psicofonías, de las llamadas voces de los muertos que yo llamaría mejor voces del misterio porque aún no sabemos ni qué son ni a quién pertenecen ni qué es lo que quieren o qué lo originan, ni tan siquiera podríamos englobarlas bajo la denominación de paranormal y sí de inexplicadas.
Otros investigadores se afanan en las técnicas de transcomunicación instrumental o TCI, que hacen que puedan incluso registrar psicofonías o psicoimágenes en un televisor de personas ya fallecidas certificadamente, para ellos presuntamente desde el otro lado. Muchos incluso ven en ello la prueba de que el más allá existe.
En nuestra sociedad actual rara es la persona que no tiene un dispositivo de teléfono móvil, un smartphone o similar que sirva para todo y que lo que menos se use sea el teléfono, paradojas. Bien, es en estos dispositivos donde se han registrado en los últimos años un fenómeno igualmente inquietante: llamadas telefónicas de personas fallecidas a sus familiares o amigos.
Esto que puede parecer ciencia ficción es una realidad, al principio muchos pseudoinvestigadores tomaron a broma dicha posibilidad, con el tiempo han sido muchas las personas, medios y revistas que han publicado sobre llamadas de voz o mensajes de texto de una persona fallecida y que, ciertamente, parecía su voz o su forma de escribir.
Así, el último caso, se registra en la ciudad de Sevilla, en pleno casco histórico. Un señor dedicado a las Artes, a la pintura, sufre el fallecimiento de su padre anciano a los 82 años. Se encontraba enfermo y el fatal desenlace estaba próximo hasta que se consumó.
Tras ser enterrado y llorado pasó el tiempo. A los casi cuatro meses, la noche del cumpleaños del finado su hijo no podía conciliar el sueño, estaba particularmente sensible pensando en que su padre no pudo ver su 83 cumpleaños.
Eran las dos de la mañana, estaba viendo la televisión, un canal de documentales cuando, de repente, sonó el teléfono. En la pantalla podía leerse: «Papa 605…», lo sobrecogió y tras dejarlo sonar un par de ocasiones, pensando que alguien podría haber cogido el teléfono de su padre o estar gastándole una broma, se decidió a contestar.
–¿Quién es? , dijo con voz inquieta.
Sólo se escuchaba el mudo silencio… Pero una voz a lo lejos, muy a lo lejos, le dijo:
–Hijo, soy yo, yo, papá.
Nuestro protagonista no lo podía creer y aquella voz prosiguió:
–No debes preocuparte por mí, estoy bien. Aquí está mamá, somos felices, este es un lugar maravilloso.
Y comenzó a hablarle de su infancia, de los buenos tiempos, de lo mucho que le había querido. Parecía como si todavía estuviera vivo y quisiera hacerle ver que estaba aún vivo. La conversación duró doce interminables minutos de emociones, sentimientos y palabras.
Tras concluir recordó que las pertenencias de su padre las tenía él en un mueble y corrió hacia su despacho. Sacó la caja y comprobó con horror cómo el móvil de su padre estaba allí, en su solitaria casa… La llamada era imposible y, sin embargo, él habló con su padre.
Con toda la carga subjetiva que esta historia real tiene, ¿quién no ve una luz de esperanza al final de este camino que es la vida?
Apariciones en el Palacio de San Telmo
Presidencia de la Junta de Andalucía, Paseo de las Delicias
Mis buenos amigos de Sevillapedia me ofrecen la mejor descripción del siguiente punto donde habita el misterio en la capital hispalense: el Palacio de San Telmo.
El Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, comenzó a construirse en el año 1682, en terrenos extramuros propiedad del Tribunal de la Inquisición para sede del Colegio Seminario de la Universidad de Mareantes en la que se acogía y formaba a los huérfanos de los marineros.
La fundación del Colegio de San Telmo es anterior, de 1671, y sobre esa fecha se realizarían los planos, de los que no se sabe quién fue su autor, que bien pudo ser de origen sevillano o madrileño, pues la construcción se realiza bajo patronato real.
Su proceso de construcción se demoró durante más de medio siglo debido a distintas dificultades, generalmente de orden económico, que obligaron incluso a parar la obra en alguna ocasión.
La falta de documentación necesaria impide conocer bien los comienzos de las obras, de las que no se conoce su director hasta el año 1691 cuando aparece al frente de ellas Antonio Rodríguez, quien permanece en el cargo hasta 1696, llevándose a cabo en ese tiempo la realización del costado sur del edificio.
A partir de esta fecha se interrumpen las obras hasta 1722, año en que aparecen Leonardo de Figueroa como maestro mayor de las mismas y su hijo Matías como primer ayudante; siendo del primero de ellos la realización de la mayor parte de este edificio: el patio central, la capilla, la enfermería, la fachada principal y su portada, donde aparece la fecha de 1734, probablemente el año de finalización de la misma.
Tras ser construido para sede de la Universidad de Navegantes, pasó un siglo más tarde a ser Colegio de Marina, siendo adquirido en 1844 por los Duques de Montpensier, que lo transformaron y modificaron adaptándolo para su residencia en Sevilla.
Posteriormente la Duquesa de Montpensier, la Infanta María Luisa de Orleans, lo cedió al morir a la Archidiócesis de Sevilla para su adaptación como Seminario, habiendo donado además sus jardines a la ciudad, convertidos en lo que hoy forman el espléndido Parque de María Luisa.
Y finalmente, en el año 1989 el palacio es cedido por el Arzobispado de Sevilla para albergar en él la sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Se trata de uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura barroca sevillana. Presenta planta rectangular con varios patios interiores, uno de ellos central, torres en las cuatro esquinas, capilla y jardines. La capilla, a la que se accede desde uno de los patios, es obra del arquitecto Leonardo de Figueroa y en su decoración interior participaron: Pedro Duque Cornejo –escultor–, Miguel de Quintana –cantero–, Domingo Martínez –pintor– y Juan Tomás Díaz –carpintero–. Es de un exuberante barroquismo y está presidida por la imagen de Nuestra Señora del Buen Aire, de principios del siglo XVII.
En su fachada principal destaca la magnífica portada de estilo barroco, donde intervienen también otros miembros de la familia Figueroa, en concreto de Matías y Antonio Matías, hijo y nieto de Leonardo de Figueroa, su coste fue de 50.000 pesos. En ella, enmarcada por columnas con motivos figurativos y geométricos, se observa en su parte superior la figura de San Telmo, patrón de los navegantes, flanqueado por los patronos de la ciudad: San Fernando y San Hermenegildo. Algo más abajo aparecen doce figuras de mujeres: seis a cada lado, que simbolizan las asignaturas de las artes del mar que se estudiaban en la Universidad de Mareantes. Soportando el balcón se esculpen con aspecto de indios unos poderosos atlantes.
La configuración de esta portada, tanto por su acertada composición arquitectónica como por su admirable sentido decorativo, ha sido considerada como una de las piezas clave de la arquitectura española de esta época, además de la más espléndida de todo el barroco sevillano. De su conjunto sólo el remate del tercer cuerpo no es original, pues al ser destruido éste al año de su realización por un rayo, fue reconstruido algo más tarde bajo una estética de corte neoclásica.
Los ‘Doce Sevillanos Ilustres’
Coronando la fachada situada en la calle Palos de la Frontera, en dirección al Hotel Alfonso XIII, se encuentran las esculturas de los Doce Sevillanos Ilustres, obra de Antonio Susillo, y que son:
Fray Bartolomé de las Casas, religioso, Obispo de Chiapas (México) y protector de los indios; Fernando Afán de Rivera, duque de Alcalá, humanista; Bartolomé Esteban Murillo, pintor; Benito Arias Montano, humanista; Luis Daoíz, militar héroe de la Guerra de la Independencia; Fernando de Herrera, poeta; Diego Ortiz de Zúñiga, historiador del siglo XVII; Lope de Rueda, escritor; Miguel Mañara, caballero y filántropo fundador del Hospital de la Santa Caridad; Diego de Silva Velázquez, pintor; Rodrigo Ponce de León, Marqués de Cádiz y capitán general de la Reconquista de Granada; y Juan Martínez Montañés, escultor.
Entre ellos hay tres que son sevillanos de adopción, pues no nacieron en Sevilla, aunque vivieron y murieron en ella. Son: Arias Montano (de Fregenal de la Sierra), Rodrigo Ponce de León (de Cádiz) y Juan Martínez Montañés (de Alcalá la Real).
Bien, allí por motivos profesionales estamos en contacto con personas que suelen acudir a grabar programas de corte político e información política, en concreto Canal Sur tenía un programa llamado Parlamento en el que se daba cuenta de toda la actividad que se generaba en torno a tan denso tema.
Cuando se acudía a realizar una grabación o se grababa al presidente de la Junta de Andalucía comenzaba el rosario de fallos. Los equipos presentaban un comportamiento anómalo, extraño, los ascensores subían y bajaban como llamados por unas manos invisibles, se escuchaban pasos, pisadas provocadas por alguien invisible en tan insigne edificio…
Los que allí realizan su labor de vigilancia (Policía Nacional o vigilantes de seguridad) atribuyen los fenómenos extraños (los cuales ni dudan ya a estas alturas) al fantasma de una persona perteneciente a la familia de los Montpensier, tan vinculados a Sevilla y a ese magnífico edificio.
Los esforzados y sufridos trabajadores de la noche, los guardias de seguridad (nuestro agradecimiento y reconocimiento a su labor es infinita) atestiguan haber visto cosas que rayan lo imposible: «Mira, lo que aquí sucede es muy extraño, se ven cosas raras y se oyen crujidos y pisadas y eso da mucho susto».
Otro compañero nos decía: «No sólo se escuchan esas pisadas, es que también se oyen perfectamente el arrastrar de unos pies y se siente una presencia, muy clara, y unas bajadas de temperatura que son tremendas: te puedo garantizar que por nuestro trabajo y experiencia no se trata de sugestión, es algo muy raro».
Las limpiadoras del edificio también tienen mucho que contar: «Mira, José Manuel, nosotras lo pasamos aquí fatal, pero fatal fatal… Nosotras vamos juntas porque sola es insoportable. Se escuchan las taquillas sonar, se ve gente pasar, gente como monjas y niños, y aquí ni hay monjas ni hay niños… se oyen lamentos y gritos. Esto es un infierno».
Los equipos electrónicos de grabación suelen comportarse de forma extraña, tanto que durante una grabación en el edificio el equipo no iba bien, el personaje entrevistado era el presidente y conocedor de lo que allí sucede trató de dar calma a los técnicos con un lacónico: «Tranquilos, esto que está pasando es normal».
No hay mujeres de seguridad, se han negado a trabajar allí, por su especial sexto sentido femenino allí han vivido hechos difíciles de narrar: «Yo trabajé allí al principio del servicio y vi claramente a un niño a las tantas en el patio… Era un fantasma».
Lamentos, apariciones, llantos infantiles en un edificio con tanta carga emocional y tanta historia que lo imposible se hace realidad en su interior.
 
 
 
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