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HISTORIA Y LEYENDA DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

HISTORIA Y LEYENDA DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

Por: Jose Manuel García Bautista

Quizás, en la provincia de Sevilla se guarda especial veneración a una singular imagen aparecida en plenas marismas del Guadalquivir… Una pequeña representación de la Virgen María que ha cautivado durante siglos a los sevillanos y que han hecho de su romería una de las más populares del mundo, hablamos de la “Virgen del Rocío” que es venerada en la ermita El Rocío en Almonte, provincia de Huelva y que dada su universalidad también se le considera sevillana y Madre del Mundo.

Cuenta la piadosa leyenda sobre la aparición de la imagen de la Virgen que: “Entrado el siglo XV de la Encarnación del Verbo Eterno, un hombre que, o apacentaba ganado o había salido a cazar, hallándose en el término de la Villa de Almonte, en el sitio llamado de La Rocina (cuyas incultas malezas le hacían impracticables a humanas plantas y sólo accesible a las aves y silvestres fieras), advirtió en la vehemencia del ladrido de los perros, que se ocultaba en aquella selva alguna cosa que les movía a aquellas expresiones de su natural instinto. Penetró aunque a costa de no pocos trabajos, y, en medio de las espinas, halló la imagen de aquel sagrado lirio intacto de las espinas del pecado, vio entre las zarzas el simulacro de aquella Zarza Mística ilesa en medio de los ardores del original delito; miró una Imagen de la Reina de los Ángeles de estatura natural, colocada sobre el tronco de un árbol. Era de talla y su belleza peregrina. Vestíase de una túnica de lino entre blanco y verde, y era su portentosa hermosura atractivo aún para la imaginación más libertina.

Hallazgo tan precioso como no esperado, llenó al hombre de un gozo sobre toda ponderación, y, queriendo hacer a todos patente tanta dicha, a costa de sus afanes, desmontado parte de aquel cerrado bosque, sacó en sus hombros la soberana imagen a campo descubierto. Pero como fuese su intención colocar en la villa de Almonte, distante tres leguas de aquel sitio, el bello simulacro, siguiendo en sus intentos piadosos, se quedó dormido a esfuerzo de su cansancio y su fatiga. Despertó y se halló sin la sagrada imagen, penetrado de dolor, volvió al sitio donde la vio primero, y allí la encontró como antes. Vino a Almonte y refirió todo lo sucedido con la cual noticia salieron el clero y el cabildo de esta villa y hallaron la santa imagen en el lugar y modo que el hombre les había referido, notando ilesa su belleza, no obstante el largo tiempo que había estado expuesta a la inclemencia de los tiempos, lluvias, rayos de sol y tempestades.

Poseídos de la devoción y el respeto, la sacaron entre las malezas y la pusieron en la iglesia mayor de dicha villa, entre tanto que en aquella selva se le labraba templo. Hízose, en efecto, una pequeña ermita de diez varas de largo, y se construyó el altar para colocar la imagen, de tal modo que el tronco en que fue hallada le sirviese de peana. Aforándose aquel sitio con el nombre de la Virgen de Las Rocinas”. Todo un documento.

Los cronistas narran que fue el rey Alfonso X el sabio, allá por el año 1270 ,año de una profusa conquista en Andalucía y en Sevilla, mandó erigir una ermita consagrada a la Virgen en el lugar llamado de “Las Rocinas” tras la conquista de Niebla en 1262, que había sido reconquistado a los árabes, mandando colocar allí una bella imagen d ela Virgen. Estas mismas crónicas prosiguen narrando cómo en esos mismos lugares, el rey creó un coto de caza, atraído por la belleza del lugar y la cantidad de ciervos existente. La historia llegada a través de sus cronistas tiene cierto grado de verosimilitud dado que aquel lugar elegido para construir aquel santuario en honor a la Virgen era un paraje dominado por malezas y de acebuchales pero que sin embargo se veía compensado con un gran paraje de hermosas vistas en las orillas de la marisma, el rey Alfonso mando a construir una pequeña ermita ,donde coloco a Ntra.Sra.Del Rocio ,donde a permanecido en el mismo lugar durante 700 años ,se puede deducir que la ermita fue construida entre los años 1270 y 1275.

Los traslados de la Virgen del Rocío a su pueblo de Almonte se sucedían cuando en Almonte como pueblo personificado ocurría o le acaecía algún mal como triste como epidemias, guerras, sequías, malas cosechas, hambre…El pueblo de Almonte marchaba a por su patrona y permanecía el tiempo necesario en la parroquia donde se le celebraba cultos y misa ,y después era de nuevo llevada a la virgen hacia la ermita del Rocío.

El primer documento escrito sobre un traslado es en el año 1607 ,donde un documento dice que la virgen sea traída hasta el pueblo de Almonte por una pertinaz, el día 21 de Abril de 1607 . La tradición de hacer ir a la Virgen cada siete años a Almonte data del siglo XX, allí permanece 9 meses ,dos semana antes de la romería del Rocío la Virgen sale en procesión por el pueblo, una semana después ,es de nuevo vestida de pastora ,y es trasladada de nuevo a la aldea del Rocío ,para que una semana después se celebre la tradicional romería del Rocío.

Son muchas las hermandades afiliadas a la hermandad matriz de Almonte, se cuentan por millones sus fieles romeros que viajan desde toda Andalucía, principalmente de Sevilla, Cádiz y Huelva, aunque es una fiesta universal donde se pueden encontrar personas de todas partes del mundo haciendo el denominado “Camino” por la “Raya” hasta llegar a través de agrestes paisajes a la ermita del Rocío y rendir pleitesía a la Virgen.

No se lo pierdan, detrás de esta singular aparición de la Virgen en plenas marismas de Doñana se encuentra con el paso de los siglos una de las mayores y más arraigadas romerías del mundo. La fecha marcada: El lunes de Pentecostés de cada año, la Virgen sale en procesión por las calles de la aldea, portada a hombros de los almonteños, seguro que alguna vez ha visto esas imágenes y se ha hecho una infinidad de preguntas… Tal vez una visita en plena eclosión y fervor popular ,a esta o a cualquiera de las fiestas populares o romerías que celebran las patronales de estas localidades y que ocultan un trasfondo aparicionista en Sevilla o en sus cercanías, pudiera responder a parte de esas mismas preguntas no con la razón de la racionalidad sino con la pasión del corazón. Tras esto sólo resta exclamar cual una oración fuera: ¡¡¡ Viva la Virgen del Rocío!!! ¡¡¡ Viva la Blanca Paloma!!!

 

LA LEYENDA DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

LA LEYENDA DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

Por: Jose Manuel García Bautista

Andalucía guarda especial veneración a una singular imagen aparecida en plenas marismas del Guadalquivir. Una pequeña representación de la Virgen María que ha cautivado durante siglos a los sevillanos y que han hecho de su romería una de las más populares del mundo, hablamos de la Virgen del Rocío que es venerada en la ermita El Rocío en Almonte, provincia de Huelva.

Cuenta la piadosa leyenda sobre la aparición de la imagen de la Virgen que: “Entrado el siglo XV de la Encarnación del Verbo Eterno, un hombre que, o apacentaba ganado o había salido a cazar, hallándose en el término de la Villa de Almonte, en el sitio llamado de La Rocina (cuyas incultas malezas le hacían impracticables a humanas plantas y sólo accesible a las aves y silvestres fieras), advirtió en la vehemencia del ladrido de los perros, que se ocultaba en aquella selva alguna cosa que les movía a aquellas expresiones de su natural instinto. Penetró aunque a costa de no pocos trabajos, y, en medio de las espinas, halló la imagen de aquel sagrado lirio intacto de las espinas del pecado, vio entre las zarzas el simulacro de aquella Zarza Mística ilesa en medio de los ardores del original delito; miró una Imagen de la Reina de los Ángeles de estatura natural, colocada sobre el tronco de un árbol. Era de talla y su belleza peregrina. Vestíase de una túnica de lino entre blanco y verde, y era su portentosa hermosura atractivo aún para la imaginación más libertina.

Hallazgo tan precioso como no esperado, llenó al hombre de un gozo sobre toda ponderación, y, queriendo hacer a todos patente tanta dicha, a costa de sus afanes, desmontado parte de aquel cerrado bosque, sacó en sus hombros la soberana imagen a campo descubierto. Pero como fuese su intención colocar en la villa de Almonte, distante tres leguas de aquel sitio, el bello simulacro, siguiendo en sus intentos piadosos, se quedó dormido a esfuerzo de su cansancio y su fatiga. Despertó y se halló sin la sagrada imagen, penetrado de dolor, volvió al sitio donde la vio primero, y allí la encontró como antes. Vino a Almonte y refirió todo lo sucedido con la cual noticia salieron el clero y el cabildo de esta villa y hallaron la santa imagen en el lugar y modo que el hombre les había referido, notando ilesa su belleza, no obstante el largo tiempo que había estado expuesta a la inclemencia de los tiempos, lluvias, rayos de sol y tempestades.

Poseídos de la devoción y el respeto, la sacaron entre las malezas y la pusieron en la iglesia mayor de dicha villa, entre tanto que en aquella selva se le labraba templo. Hízose, en efecto, una pequeña ermita de diez varas de largo, y se construyó el altar para colocar la imagen, de tal modo que el tronco en que fue hallada le sirviese de peana. Aforándose aquel sitio con el nombre de la Virgen de Las Rocinas”. Todo un documento.

Los cronistas narran que fue el rey Alfonso X el Sabio, allá por el año 1270, año de una profusa conquista en Andalucía, mandó erigir una ermita consagrada a la Virgen en el lugar llamado de “Las Rocinas” tras la conquista de Niebla en 1262, que había sido reconquistado a los árabes, mandando colocar allí una bella imagen de la Virgen. Estas mismas crónicas, prosiguen narrando, cómo en esos mismos lugares, el rey creó un coto de caza, atraído por la belleza del lugar y la cantidad de ciervos existente. La historica llegada a través de sus cronistas tiene cierto grado de verosimilitud dado que aquel lugar elegido para construir aquel santuario en honor a la Virgen era un paraje dominado por malezas y de acebuchales pero que, sin embargo, se veía compensado con un gran paraje de hermosas vistas en las orillas de la marisma, el rey Alfonso X mandó a construir una pequeña ermita, donde coloco a Ntra.Sra.Del Rocio, donde a permanecido en el mismo lugar durante 700 años, se puede deducir que la ermita fue construida entre los años 1270 y 1275.

Los traslados de la Virgen del Rocío a su pueblo de Almonte se sucedían cuando en Almonte -como pueblo personificado- ocurría o le acaecía algún mal como triste como epidemias, guerras, sequías, malas cosechas, hambre… El pueblo de Almonte marchaba a por su patrona y permanecía el tiempo necesario en la parroquia donde se le celebraba cultos y misa, y después era de nuevo llevada a la virgen hacia la ermita del Rocío.

El primer documento escrito sobre un traslado es en el año 1607 ,donde un documento dice que la virgen sea traída hasta el pueblo de Almonte por una pertinaz, el día 21 de Abril de 1607. La tradición de hacer ir a la Virgen cada siete años a Almonte data del siglo XX, allí permanece 9 meses ,dos semana antes de la romería del Rocío la Virgen sale en procesión por el pueblo, una semana después ,es de nuevo vestida de pastora ,y es trasladada de nuevo a la aldea del Rocío, para que una semana después se celebre la tradicional romería del Rocío.

Son muchas las hermandades afiliadas a la hermandad matriz de Almonte, se cuentan por millones sus fieles romeros que viajan desde toda Andalucía, principalmente de Sevilla, Cádiz y, por supuesto, Huelva, aunque es una fiesta universal donde se pueden encontrar personas de todas partes del mundo haciendo el denominado “Camino” por la “Raya” hasta llegar a través de agrestes paisajes a la ermita del Rocío y rendir pleitesía a la Virgen.

Detrás de esta singular aparición de la Virgen, en plenas marismas de Doñana, se encuentra -con el paso de los siglos- una de las mayores y más arraigadas romerías del mundo. La fecha marcada: El lunes de Pentecostés de cada año, la Virgen sale en procesión por las calles de la aldea, portada a hombros de los almonteños, seguro que alguna vez ha visto esas imágenes y se ha hecho una infinidad de preguntas.

Tal vez una visita en plena eclosión y fervor popular, a esta o a cualquiera de las fiestas populares o romerías que celebran las patronales de estas localidades y que ocultan un trasfondo aparicionista, que pudiera responder a parte de esas mismas preguntas no con la razón de la racionalidad sino con la pasión del corazón. Tras esto sólo resta exclamar cual una oración fuera: ¡Viva la Virgen del Rocío! ¡Viva la Blanca Paloma!

 

EL PIADOSO HALLAZGO DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

EL PIADOSO HALLAZGO DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

Por: Jose Manuel García Bautista

Cuenta la leyenda que un cazador furtivo se encontraba cazando con sus perros entre las rocinas de las marismas del Guadalquivir, un lugar destinado a cotos reales y haciendas nobles. En su tarea de caza se encontraba cuando notó que sus perros estaban nerviosos y vio un resplandor extraño entre las cañas… El cazador fue a ver de que se trataba y comprobó como allí, en un árbol, se encontraba una preciosa imagen de la Virgen.

El cazador se dirigió al pueblo más cercano, a Almonte -para otros la leyenda lo ubica en Villamanrique de la Condesa– y allí, nervioso, emocionado, narró a los religiosos y la autoridad local lo que habían encontrado. Al llegar todos al lugar encontraron la Virgen en el lugar que indicó el cazador y decidieron que sería el lugar para erigir una ermita en su honor llamándola como el sitio donde la encontraron, en las rocinas, por ello su nombre de Virgen del Rocío.

Se dice que la imagen era una Virgen de los Remedios que habrían dejado allí los frailes mercedarios, en muchas ocasiones escondidas en la tierra o en los huecos de los árboles por ser tierra musulmanas y por temor a que estos las destruyeran hasta la llegada de Alfonso X “el Sabio”.

 
 

LOS NIÑOS QUE LLORAN

LOS NIÑOS QUE LLORAN

Por: Jose Manuel García Bautista

En su momento los llamamos: “»Niños llorando»: Los cuadros malditos (Pintando la muerte)”, y la verdad es que no deja de ser una historia espectacular nuevamente sumergida en las brumas del misterio y la leyenda urbana…Pero, ¿dónde comienza la una y acaba la otra? En muchas ocasiones aquí está la clave de una leyenda urbana, una buena leyenda urbana y el misterio.

El personaje que le queremos presentar es un impactante pintor, llamado Giavanni Bragolin, pero conocido como Bruno Amadio. Aquel pintor no destacaba excesivamente en nuestra sociedad deshumanizada pero alcanzaría cierta popularidad a raíz de una serie de cuadros que serían conocidos como “Los niños que lloran”.

Y su historia maldita comienza cuando retrata a un niño que estaba internado en un orfanato. Cuenta la leyenda que años después aquel orfanato se incendió y el espíritu del niño poseyó el cuadro que le hiciera Bragolin, como los primeros retratos que se les hacía a los antiguos indios americanos y creían que su alma quedaría atrapada para siempre en aquella instantánea…

Sea como fuere, con el alma de aquel niño atrapada en la pintura, comenzaría un largo rosario de desgracias, accidentes y muertes en torno a aquel cuadro maldito y a otros pintados por nuestro particular artista.

Toda casa que poseía un cuadro de la serie “Los niños que lloran” era afectada por extraños incendios quedando destrozada, lamentando víctimas humanas y con graves daños en el inmueble…, con graves daños excepto en la pared donde se encontraba colgado el cuadro del “Niño que llora” que milagrosamente estaba intacta sin que pareciera haberse producido ningún incendio en aquella vivienda…

En las casas afectadas comenzaban a producirse todo tipo de hechos insólitos y paranormales: se escuchaban lamentos y lloros, objetos que se movían, incendios inexplicables (¿combustiones espontáneas?), anomalías eléctricas… Incluso se decía de aquellos cuadros que “el niño se salía del cuadro, subía a la cama de tu habitación y mueres de la impresión al ver su rostro endemoniado. Luego incendiaba la casa y borraba las evidencias de su crimen”. La leyenda nos hablaba de esa forma de actuar y la verdad es que cuesta trabajo y hacer un esfuerzo de imaginación desbordada el creer que estas pinturas de hermosos niños, o niñas, de ojos llorosos y enternecedora mirada puedan tener un efecto tan pernicioso en el propietario de la misma.

Se preguntarán las razones por las que traemos esta leyenda a las páginas de este libro… Bien, la razón es que Giovanni Bragnolin era hijo de esta ciudad, estando parte de su vida encadenada a esta joya del Guadalquivir, a esta ciudad eterna llamada Sevilla.

Aquellas pinturas tuvieron su momento álgido hacía la década de los 80, tuvieron su principal vía de difusión entre países latinos, como España, Italia, Argentina, Chile o México y era usual encontrar en los salones a un hermoso “niño que llora” cargado de un pragmático sentido bucólico antes que el tradicional cuadro de cacería o la mujer morena de Curro Romero de Torres. Aquella leyenda hizo que estos cuadros cayeran en desgracia y fueran sustituidos por otros según modas y gustos imperantes en la época. Malditos o no, leyendas o no, casualidad o no, hizo el resto… ¿Quién se atreve a poner ahora un cuadro de un “Niño que llora” del pintor sevillano en su salón?

 

ENCUENTROS PARANORMALES EN LA FERIA, EN TABLADA

ENCUENTROS PARANORMALES EN LA FERIA, EN TABLADA

Por: Jose Manuel García Bautista

La zona de Tablada, cercana a donde hoy disfrutamos de las instalaciones de la Feria de Sevilla ha sido escenario de diferentes sucesos que entran dentro de lo paranormal, que entran dentro de lo inexplicable. Se trata de un punto de Sevilla con indudable Historia y, también, con una innegable fenomenología paranormal.

El ensotanado de la Feria, el ensotanado de Tablada

Son muchas las historias que se cuentan en torno a lugares que han sido –o son- colegios, hospitales y antiguos cuarteles militares, no hay ninguno –o casi- donde no falte un fantasma, una aparición, una mala partida de ouija o un ahorcado en una garita de vigilancia. Son las muchas leyendas urbanas que tienen este tipo de edificios y que se mantienen a lo largo del tiempo como parte ya del mismo.

Uno de esos lugares emblemáticos en Sevilla es el cuartel de Tablada, justo en las inmediaciones del llamado “campo de la Feria” que es donde, actualmente, se ubica la “Feria de Abril” de Sevilla en el barrio de Los Remedios. Allí nos detenemos para ser partícipes de una nueva historia de apariciones y aparecidos. La debemos encontrar en el interior del recinto militar y nos habla de una sombría figura que hace acto de presencia algunas noches y que parece lucir un capote contra el frío o una especie de sotana, de ahí el evocador nombre de “el ensotanado de Tablada” que me he permitido ponerle.

Cuentan antiguos militares, que sirvieron dentro del cuerpo de castadores del cuartel de Tablada, la PM (Policía Militar) o cuerpos de intervención, que “hay noches en las que nos llamaban los soldados que hacían guardia en las garitas y, asustados, nos decían que habían visto una especie de sombra muy voluminosa pasearse por determinados lugares junto al muro. Nosotros pensábamos que era el miedo de estar la noche en guardia y la leyenda que corría por el cuartel de que hacía años un soldado de remplazo se ahorcó dentro de una de ellas sin saber cuál exactamente, eso y el miedo de la persona hacía el resto…”

Pero una noche, nuestro testigo, tuvo una experiencia personal: “Era Feria en Sevilla, te puedes imaginar que el jaleo se siente desde el cuartel y que se está un poco más alerta por qué nunca se sabía quién se podía colar en el recinto. No solía pasar nada pero se extremaban las precauciones. Fue una noche en la que nos encontrábamos de guardia cuando nos llamaron de uno de los puestos, de las garitas, acudimos, el chico estaba blanco como la pared y nos dijo que había tenido a cinco metros de él a una sombra que simplemente estaba allí, como observándolo. Al chaval se le iba a salir el corazón por la boca. Nos pusimos a mirar pero no vimos nada. Mi compañero tiró para un lado y yo para otro creyendo que se trataría de otra víctima del miedo, pero cuando me metí por detrás de uno de los añadidos me di de frente con aquello. Era una especie de sombra corpulenta, era un volumen negro, como una sombra. Me quedé paralizado, ni pensé en usar el arma… Aquello no se movió, pasados unos segundos, tal vez cuatro o cinco, se movió hacia un lado y desapareció por el añadido…”

Al salir de esa zona su compañero notó su rostro cariacontecido y le preguntó: “¿Has visto a un fantasma?” y su respuesta fue contundente: “Algo he visto, lo que no se es que es lo que es”.

Otras personas, otros testigos, que tienen por viviendas los edificios que se encuentran justo en frente de este cuartel también afirman haber visto al sombrío personaje e, incluso, haberlo visto deambular tanto dentro como en el muro exterior del recinto militar calando hondo su particular “indumentaria” de “ensotanado de Tablada”.

Tablada además era una zona donde antaño se realizaban las ejecuciones de Sevilla, próxima al quemadero de la Inquisición del lugar y donde de ajusticiaba a los malhechores de otras épocas en la ciudad hispalense, además lugar de batallas donde se libraron no pocas guerras por el control y dominio de la capital del sur. Puede que todo se relacione, que la leyenda tenga una semilla de verdad o que su propia Historia se ponga de manifiesto con esta curiosa aparición en Tablada… Todo es posible.

Extraño incidente OVNI en Tablada

Hablamos de sucesos paranormales en la zona de Tablada, desde apariciones y espectros, leyendas urbanas y, por supuesto, el fenómeno OVNI tan vinculado a nuestra ciudad.

Uno de esos sucesos OVNI sucedió el 29 de septiembre de 1986 sobre las 3:30 horas y tuvo una duración de 15 segundos, aquel informe dice: «SUCESO OCURRIDO EN EL AERÓDROMO DE TABLADA» (Sevilla), y se extiendo con todo lujo de detalles en lo inexplicable del caso: «El relato es de un policía de dicha base y le fue comunicado al autor del informe.

Habiendo iniciado el despegue un avión de transporte C-130 de la pista de cemento de dicha base, en la cabecera de la mencionada pista bajó y subió por dos veces una luz blanca y destelleante como una bengala de gran tamaño y formada por dos esferas tangenciales, una de ellas algo mayor, que provocó el asombro de los responsables de la torre de control.

Sin embargo el avión no se detuvo y despegó cuando la luz estaba alta e inmediatamente se colocó a la cola hasta que éste se perdió en la lejanía.

Toda la policía fue alertada y formada para recibir instrucciones. El contingente era de treinta hombres y fueron unos veinte los que presenciaron parte o la totalidad del fenómeno. El testigo pudo ver el final, es decir, cuando la luz iba en la cola del avión. El propio comandante les advirtió que si alguno mencionaba algo de lo ocurrido sería severamente sancionado por tener el asunto consideración de secreto militar. Naturalmente hubo otro tipo de amenazas muy a la usanza del vocabulario militar y producto del nerviosismo propio del caso.

Al día siguiente muchos pudieron ver la llegada a la base de un grupo de militares norteamericanos, siendo su presencia poco usual y relacionándola, con mucha lógica, con el suceso de la noche anterior». Firmaba el informe el investigador Manuel Filpo.

Acosado por un OVNI

Sucedió un 11 de Agosto de 1980 en el trayecto desde La Antilla (Huelva) a Sevilla. Ese día un médico, José Luis Torrella López, fue perseguido por una misteriosa forma luminosa durante el trayecto, el médico lo manifestaba así al periodista del diario ABC Javier de Pablos:

-Mira, yo salí de La Antilla a las tres menos cuatro de la madrugada del domingo al lunes, igual que hago normalmente todos los fines de semana. Entonces, una vez pasado Niebla, camino de Villarrasa, v una luz muy pequeña, distinta a las estrellas, que se movía zigzagueando, estando a una altura de trescientos metros, no tardando en desaparecer. Pasé La Palma del Condado y, antes de llegar a Manzanilla, de nuevo la volví a ver, mucho más grande, hasta que la perdí de vista.
-¿Qué es lo que pensaste en un principio?
-En los primeros momentos pensé que podía ser una estrella fugaz, pero en seguida deseché la idea, ya que estaba demasiado baja para ser una estrella y, además, éstas no pueden hacer movimientos los movimientos que este objeto realizaba.
-¿Cuándo volvió a surgir?
-A las cuatro y media, cuando me incorporé a la autovía, ya que iba por la carretera vieja; la vi con mucha mayor claridad a la derecha del coche.
-¿Cómo era ese objeto volante no identificado?
-Tenía tres aristas y una luz central que era amarilla intensa, siguiendo a mi lado hasta el cruce de Umbrete. Desde ese momento empecé a ponerme nervioso y lo que hice fue apretar el acelerador y correr a toda velocidad. Cuando llegué al cementerio de Castilleja se trasladó a mayor distancia y hacía movimientos de derecha a izquierda y sobre su propio eje,
-Una vez llegaste a Sevilla, ¿qué sucedió?
-Al entrar en la ciudad, por el camino de Tablada, la perdí de vista, pero cuando llegué se me apareció frente por frente. Aparqué el coche en el portal y el OVNI estaba prácticamente encima del automóvil, con una luz tenue, cerca de un descampado, antiguo almacén de maderas.
-¿Subiste a tu casa?
-Subí las escaleras corriendo, muerto de miedo y con la cara pálida, según me dijo mi padre, que se asustó al verme, creyendo que me había pasado algo. Se lo expliqué y salió conmigo a la calle en paños menores, al igual que un vecino, que también bajó con nosotros.
-¿Seguía el OVNI allí o había desaparecido?
-Estaba allí, pero mucho más alto que cuando yo lo dejé. Dio la casualidad que pasó un avión comercial, calculando, por la altura que normalmente suelen llevar éstos, que el objeto estaría a unos cuatro mil metros. Me había bajado la máquina de foto y saqué unas cuantas fotografías, que no sé si saldrán. Desde las cinco hasta las seis se quedó fijo y, a medida que fue amaneciendo, se fue elevando, siendo ya muy difícil de identificar. A la noche siguiente estuve estudiando gran parte de la madrugada y me asomaba de vez en cuando, pero no había nada.
-¿Esa luz amarilla intensa que el objeto emitía, deslumbraba al mirarla?
-Producía cierta hipnosis cuando te quedabas mirando fijamente. Verla daba una sensación placentera.
-¿No llamaste a la Policía?
-No lo pensé. Hay tantas personas, según oyes en los programas de radio y ves en televisión que ven estos objetos que creí que nos les interesaría.
-¿Creías en la existencia de los OVNIs?
-Racionalmente sabía que era factible que los hubiera, pero siempre lo veía como experiencia de otras personas.
-¿Y ahora?
-Ya veo que existen estas cosas, qué están ahí y que habrá que estudiar y analizar. Me parece absurdo que los Gobiernos lo sigan ocultando.

La zona de Tablada y el “campo de la Feria” también tiene su particular Historia, enclave mágico de esta ciudad donde no pocos sucesos se han producido y que muchos habitantes de Sevilla, en la actualidad, seguro que desconocen.

Historia desconocida de Tablada y la Feria

Pocos son los que conocen que los vikingos, temibles y aguerridos, pasaron por Sevilla y dejaron su imborrable huella no sólo en el recuerdo sino en la genética de nuestra tierra…

Corría el año 844 y fueron ya rechazados en España por el rey Ramiro de Asturias, frustrados costearon y entraron por la desembocadura del Guadalquivir, comenzaron a remontar el río y el 1 de octubre de ese año estaban ante las murallas de la ciudad.

Como horda salvaje y cruel no iban a tener compasión de la ciudad… Un ejército de 16.000 vikingos arrasó la ciudad y destruyó la mezquita mayor así como incendiando parte de la ciudad… El único edificio que se libró del pillaje fue el del gobernador.
En la zona de Tablada tuvieron lugar varias batallas, pero los vikingos no querían echar raíces en Sevilla, simplemente saquear. Se replegaron y se retiraron a Punta Verde donde pactaron cambiar prisioneros por viandas… Fue en Tablada donde se les planta cara y donde se derramó la sangre en defensa de la ciudad, un río de sangre junto al río de Sevilla, el día que sus aguas se tornaron rojas para impedir la barbarie de los normandos, de los vikingos. Sevilla quedó maltrecha y, producto del abuso y el pillaje, generaciones posteriores fueron pelirrojos, sin dudas el vestigios genético de aquellos vikingos normandos, de los llamados “hombres del norte”.

Pero además fue el escenario de otras prácticas más crueles, si ya cite, en semanas anteriores el uso del Prado de San Sebastián cerca de un entorno llamado el Prado de Espantaperros y emplazamiento del cementerio de los Pobres, donde se narraban historias de apariciones y fantasmas, donde se accedía al lugar por el Paseo del Luto y el propio José María Blanco White (Crespo) en sus “Cartas de España” hablaba de otro triste incidente que él vivió allí: el lugar era el habitual quemadero en la ciudad de la Santa Inquisición para todo aquel que era condenado a la hoguera por herejía o cualquier otro pecado contra la fe. Un lugar ciertamente que ponía los pelos de punta a todo aquel que lo visitaba, así Blanco White estuvo presente en la quema de la bruja María Dolores Caro siendo aún un niño.

Desde el Prado de San Sebastián se podía ver el resplandor de las llamas “purificadoras” de la Inquisición en el hoy lugar donde tenemos la Feria en Los Remedios… Otro de los quemaderos de la Inquisición en Sevilla, lugar habitual de ajusticiamientos pues se hacía sobre un patíbulo de tablas, de ahí Tablada. Hoy día donde hay una Feria está el vestigio mudo de la muerte y la desolación, que la alegría ahogue a las penas. Sobre ello la historiadora María Lara decía: “El inquisidor hispalense Diego López de Cortegana fue el máximo represor, y hay constancia escrita de que fueron quemadas vivas seis personas en el entonces paraje de Tablada, el quemadero principal. En total, entre 1481 y 1524 hubo 5.000 quemados y 20.000 reconciliados en la ciudad. En el siglo XVI en Sevilla, y en toda España, había una enorme devoción por todo lo macabro, los autos de fe eran seguidos masivamente y despertaban una gran pasión. Ir a ver los ajusticiamientos era algo similar a acudir a disfrutar de un entremés teatral”.

Cosas de la Feria, cosas relacionadas con el lugar donde hoy disfrutamos de nuestra semana más colorida y vitalista, allá donde hoy hay alegría hubo en otros tiempos, mucho dolor y, quizás, sea la causa de determinados fenómenos inexplicables que en la zona suceden… ¿Quién sabe?

 

ENIGMAS DE LA SEMANA SANTA

ENIGMAS DE LA SEMANA SANTA

Por: Jose Manuel García Bautista

En muchas ocasiones el misterio, las leyendas, o las historias secretas de esta ciudad, Sevilla, te buscan y te atraen como si de un imán se tratara.

Es la Semana Santa de Sevilla una de esas fiestas populares, de primavera que trasciende lo humano para enrocarse entre los sentimientos y lo divino, pero también, en esa exaltación de devoción y de se producen hechos enigmáticos e inexplicables que van más allá de lo que podríamos imaginar.

Tomasín, el nazarenito fantasma

En muchas ocasiones el misterio, las leyendas, o las historias secretas de esta ciudad, Sevilla, te buscan y te atraen como si de un imán se trataran. Así, de forma imprevista, entrando a trabajar en Canal Sur, me detuvo un miembro de la seguridad del edificio con el que tengo amistad y me comenzó a hablar de una historia que me resultó apasionante.

Sin apenas preámbulos me dijo: «Tengo que contarte la historia de un fantasma que está por la zona donde tengo a mi hijo escolarizado. Le dicen el nazarenito fantasma y me recordó mucho a esas historias paranormales que tu sueles contar». De esa forma captó toda mi atención.

Así es la historia, entre la leyenda y la realidad, de Tomasín El nazarenito de Santa Isabel. Cuenta la leyenda que se trataba de un niño de apenas unos siete u ocho años, no tenía madre y su padre pasaba casi todo el día trabajando en la red ferroviaria de San Jerónimo, así, con el dinero muy limitado habló con las hermanas del convento de Santa Isabel para que se hicieran cargo de su cuidado mientras él estaba ausente. Las monjas sabían de la muerte de su madre y que aquel padre y su hijo habitaban en la calle Vergara número nueve. Eran conocidos en el barrio y queridos.

La Semana Santa es una época que se vive con especial intensidad en Sevilla y aquel niño, Tomasín, anhelaba salir de nazareno acompañando al Cristo de los Gitanos, con la hermandad que en la época ocupaba el templo de San Marcos. La monjas, sabedoras del deseo del niño decidieron coserle una túnica para que pudiera acompañar en la madrugá a su Cristo que tanta devoción le tenía y que, aunque sólo fuera en un pequeño recorrido, pudiera integrar la fila junto a otros nazarenos.

Tomasín no veía el momento de poder salir de nazareno con Los Gitanos y contaba los días, las horas, los minutos y los segundos hasta esa fecha clave, hasta la noche más larga de la ciudad de Sevilla, la de más fervor y más pasiones religiosas. Pero la desdicha quiso que en Cuaresma el niño cayera enfermo, gravemente enfermo. Los médicos iban y venían pero ninguno parecía dar con la clave de aquella enfermedad que se comía, poco a poco, la salud del niño… Tan grave estaba que a los pocos días, entre altísimos ataques de fiebre y convulsiones, Tomasín murió.

El padre quedó desconsolado, había visto morir a su esposa y ahora a su hijo… Las monjas habían cogido un gran afecto a aquel niño y tampoco encontraba consuelo más que rezando por su alma. Todo aún más sentido e impactante cuando el niño fue amortajado con la túnica de nazareno que le cosieron las hermanas y que jamás llegó a estrenar muriendo con el deseo de salir de nazareno en Los Gitanos.

Sevilla es tierra de profundas creencias, de convicciones fuertes y grandes devociones, pero también tierra de milagros y de hechos inexplicables. La madrugada de aquella Semana Santa, de aquel Viernes Santo, un grupo de nazarenos cruzó por el entorno donde solía estar Tomasín, atravesaron la plaza de Santa Isabel buscando la iglesia de San Marcos, y vieron como del convento salía un niño de unos siete u ocho años con su túnica puesta y el antifaz bajado apoyándose en una vara. Los nazarenos murmuraron sobre la poca responsabilidad de aquellos padres que dejaron salir al niño solo, apiadándose se dirigieron hacia él pero al doblar la esquina el nazareno había desaparecido y en la solitaria calle sólo destacaba la pequeña vara que este portaba tirada en el suelo.

Recogieron aquella vara y a la mañana siguiente, terminada la estación de penitencia, fueron a entregarla al convento. La conmoción fue fuerte… Aquella vara diminuta era la de Tomasín que ellas guardaban celosamente como recuerdo a aquel niño que se ganó un sitio en sus corazones por su devoción. Al ir a mirar, donde la tenían guardada, si se trataba de la misma comprobaron con estupor como ya no estaba y sólo podía haberse tratado de Tomasín que, de una u otra forma, había visto realizado su deseo.

Si alguna vez ve a un nazarenito solitario por el entorno del convento de Santa Isabel, portando una vara pequeña, puede que esté ante el espectro de Tomasín que vuelve a salir con su hermandad en la madrugá sevillana.

La Madrugá que lloró la Virgen de las Angustias

La Semana Santa de Sevilla ha dejado momentos inolvidables en la retina de muchos cofrades y amantes de la semana más grande de la ciudad hispalense, pero también momento en los que el pánico se apoderó de las personas, del público asistente al paso de los cortejos procesionales. En la memoria de la ciudad aquella Madrugá del Pánico o momentos como el famoso niño fantasma que acompañó al Señor de las Tres Caídas desde Triana a Sevilla y desde Sevilla a Triana en la eterna dualidad de esta ciudad.

Otro hecho mágico, poco demostrable, lo encontramos en un hecho paranormal que se vivió en el año 1994. Así lo narraba su protagonista: «Estoy leyendo los comentarios sobre este tema ya que me apasiona por una parte los temas cofrades y por otro los paranormales y me quedo helado. Voy aportar un fenómeno que se dio en el año 1994, creo recordar, en la Semana Santa de Sevilla.

Era en la madrugá, cuando la Virgen de las Angustias de la hermandad de Los Gitanos pasaba por la calle Sierpes y un videoaficionado tomo de primer plano la cara de esta imagen. Pues, bien cuando este señor visualiza el vídeo días después en su casa, observa en la toma que hizo vio cómo por la mejilla de la Virgen de las Angustias se le resbalaba una lágrima, pero no de las que tiene, sino líquida, al igual que cualquiera de nosotros cuando lloramos. Este hombre llevo el vídeo a varias expertos para que busquen una explicación científica, la verdad que como en todos estos casos se le busca explicación por parte de los más escépticos e incrédulos, y por otro lado se llega a la conclusión de que esta imagen, ese día de ese año, lloró por Sierpes».

Leyendas en torno a nuestras imágenes más queridas, historias heterodoxas que engrandecen aún más la enorme devoción que se les profesa con eventos inexplicables que cabalgan entre la leyenda y la realidad.

Miedo en la antigua cripta de El Valle

La iglesia llamada de El Valle (hoy Santuario de los Gitanos) también fue objeto de investigaciones paranormales en la década de los 80 (1986), allí y en sus jardines los investigadores José Luis Hermida y el fallecido recientemente Daniel Ortiz Mínguez llevaron a cabo una serie de experiencias en la vieja cripta que bajo el suelo aguardaba los asados investigadores que tratan de desvelar sus secretos.

Fue el segundo de ellos quién extendió aquellas investigaciones y prosiguió con el estudio de una cripta donde decían escucharse llantos y quejidos lastimeros e incluso se había podido ver la aparición de un ser espectral. Daniel Ortiz lo narraba así: «El fenómeno de fantasmogénesis que se daba en aquella cripta era desmesuradamente evidente. Las veces que bajábamos allí sucedían cosas extrañísimas inclusos con compañeros de la policía que no salían de su asombro. En una ocasión captamos una parafonía que decía: mi cuna y en otra una vela que nos iluminaba salió disparada contra la entrada como su aquel ser el más allá la hubiera lanzado contra nosotros. Fue una gran investigación que potenció mucho la difusión de las actividades de la Sociedad Científica Andrómeda en Sevilla que ya presentamos oficialmente José Luis Hermida y yo en nuestra sede del Colegio de Médicos. Aquel suceso fue espectacular. Luego también tratamos de filmar a la aparición espectral que se deba en este lugar pero fue infructuoso, eso sí, recogimos muchos testimonios de personas que la habían visto, pero nadie sabía a quién podría pertenecer aquella alma en pena».

Así fue como el díscolo Daniel Ortiz comentaba aquella experiencia en un lugar que quedó cegado tras la obra de rehabilitación de una iglesia en la que en no pocas ocasiones se han escuchado fuertes golpes de un lugar bajo su suelo donde precisamente se localizaba esta vieja y encantada cripta. Tal vez su espíritu morador esté clamando por su liberación de ese perpetuo confinamiento al que ha sido sometido.

El niño fantasma

En ocasiones las más hermosas historias espectrales, al más puro estilo de Gustavo Adolfo Bécquer, tienen que ver directamente con el fervor y la tradición, con la Sevilla más popular y la más populista, con la Sevilla que derrama lágrimas de cera allá cuando la primavera hace acto de presencia.

Lo que les voy a narrar es un hecho verídico, como pueden atestiguar aquellos que fueron testigos y partícipes de la experiencia que me dispongo a contarles. Fue el compañero Miguel Roda, en los estudios de Radio Betis, quién me hizo partícipe de ella y aún recuerdo su rostro vivamente impresionado y los bellos de punta… «José Manuel, ¿vas a escribir algo sobre lo que sucedió en la madrugá con la Esperanza de Triana?» Mi respuesta fue inmediata: «No. ¿Qué pasó?» Y él, sabiendo de mis aficiones y pasiones me dijo: «Sucedió hace un par de años, algunos aún se le saltan las lágrimas cuando escuchan esta historia… Al salir la Esperanza de Triana se le pegó a uno de los zancos un niño de unos diez años, el crío permaneció allí hasta que entró en carrera oficial y le dejaron estar allí pues creían que podría ser el hijo de uno de los costaleros que iba bajo la trabajadera del paso… Sea como fuere, al salir de la Catedral, el niño volvió a colocarse en el mismo sitio llamando la atención de capataz y contraguía… Siguió avanzando la noche y la Esperanza entraba en su barrio, en Triana. El capataz y sus auxiliares comenzaron a inquietarse por aquel niño que, sin descanso, seguía allí, y Paco (Ceballos) pensó en dirigirse al niño para ver si podía ayudarlo en algo… Fue hacia aquel zanco y le dijo: ‘Hola, ¿va tu padre debajo?’ y aquel niño de forma amable, casi risueña, le dijo: ‘No, mi papa murió’. Al capataz se le hizo un nudo en el alma y decidió dedicarle una levantá en honor de aquel costalero fallecido y de la fe de aquel niño: ‘Vamos a dedicar esta levantá por un hermano que nos ha dejado’… Y el paso se elevó al cielo eterno de Sevilla entre olor a azahar…»

Pero lo más curioso llega en ese último momento cuando el capataz se dirige al niño y este ha desaparecido… Desaparecido en una calle acordonada por las vallas burdeos del Ayuntamiento de Sevilla y sin que nadie lo viera, simplemente se había desvanecido… Apareció igual que desapareció…

Desde entonces se le conoce como el niño fantasma y, sin dudas, pasa a engrosar la enorme lista de fenómenos imposibles en torno a nuestra particular Semana Santa.

Comido por la intriga pregunté a Miguel Roda (Miki)… «¿Estás seguro de lo que me estás contando?» Y Miguel señalándose los bellos del brazo me responde: «Aún estoy impresionado mientras te lo cuento, consúltalo». Y consultados a miembros de la cuadrilla ratifican punto por punto la historia singular de una noche singular… Gloria a la fe inquebrantable de un niño que guarda la memoria de su padre allá donde esté y venga del mundo que venga…

¿Milagro en San Vicente?

En ocasiones nuestras fiestas más populares y tradiciones más arraigadas nos dejan historias que cabalgan, por siempre, entre la leyenda y la realidad. Una de esas historias imposibles tiene mucho que ver con la hermandad de las Penas de San Vicente y con la imagen de su nazareno; un acontecimiento que dejó perplejo a nuestro testigo.

Corría la Semana Santa de Sevilla del 2004 y enfilaba la calle que debía dejarlo en la entrada a su templo. Un devoto, Luis Díaz, rezaba con fervor al Cristo por la salud de su madre y, a esa hora de la noche, en el silencio de aquella calle observó algo que lo dejó sin habla: «El Cristo hubo un momento en el que pareció que giraba un poco la cabeza y me miraba, se me congeló la sangre, se me paró el corazón. No sé si alguien más lo vio o no pero desde luego a mí me quiso decir que algo bueno había pasado. No hice más que llegar a casa cuando teléfono sonó y me comunicaban que mi madre estaba bastante mejor de salud».

La hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de los Dolores nace en la Parroquia de San Vicente en 1875, para dar culto a una imagen del Señor Caído procedente del convento Casa Grande del Carmen. Tras varios años de dificultades, se reorganiza en 1923 y sale desde el año siguiente en el Lunes Santo. El Cristo se atribuye a Pedro Roldán (XVII) o al círculo de Roldán. El Señor carga con una impresionante cruz de carey y plata, adquirida a la Hermandad de Jesús Nazareno, de Écija.

Y es una historia más de esa Sevilla heterodoxa que cree en milagros y en hechos inexplicables para asombro de todos.

Son sólo algunos de los hechos misteriosos en torno a nuestra Semana Santa y a algunas de las hermandades, o imágenes, más queridas y devocionadas, narrado desde el respeto y la admiración, dejando siempre la puerta abierta a que la leyenda sea realidad.

 

LAS SANTAS PATRONAS DE SEVILLA

LAS SANTAS PATRONAS DE SEVILLA

Por: Jose Manuel García Bautista

En la Historia de Sevilla muchas son las devociones que encontramos, quizás una de las más curiosas es la que nos habla de sus patronas, incluso hay confusión en el propio sevillano: para unos es la Virgen de la Hiniesta, para otros la Virgen de los Reyes, La Inmaculada dicen otros o la Virgen del Pilar… Bueno será narrarles le siguiente historia, sus protagonistas: Justa y Rufina.

Entre los entresijos de la Historia, casi perdida, de la vieja Híspalis, nos vemos trasladados a tiempos pretéritos, como tele- transportados en el espacio y en el tiempo entroncando con aquel Tiempo en el que los calabozos romanos estuvieron en los subterráneos de esta Iglesia, unos calabozos donde las tropas romanas hacían sufrir y torturaban a todo aquel elemento subversivo hacia el Imperio Romano o a los perseguidos sectarios del cristianismo… Y es en ellos, en las “Sagradas Cárceles” del Santuario de María Auxiliadora, en la Ronda de Capuchinos, donde tiene lugar la “leyenda” de Santa Justa y Rufina patronas de los alfareros de Triana. Se cuenta de estas dos santas sevillanas nacidas por los años 268 y 270, que eran dos hermanas virtuosas, de clase acomodada y cristianas. Montaron un negocio de alfarería en la Puerta de Triana y con ello se ganaban la vida. Se dedicaban también a la noble acción de cristianizar paganos y enseñar la fe al punto de convertir su lugar de trabajo en un “templo” de socorro y consuelo a los perseguidos.

A primeros de Junio se celebraba en Sevilla la fiesta a la diosa romana Salambona, en la cercana localidad de Sanlúcar la Mayor donde se encontraba su templo. La diosa construida de barro cocido era hueca y estaba sujeta por dentro a un armazón de hierro que para hacer llorar a la imagen le ponían plomo por dentro de los ojos, y acercándole fuego al plomo se derretía saliendo al exterior por unos orificios en los ojos en forma de gruesas lágrimas. Mientras duraba esta ceremonia todo el público la acompañaba con grandes chillidos y lamentos fingidos así como gritos de pábulo y horror…, imagen que tanto nos recordaría hoy a las imágenes sangrantes tan relacionadas con ese fenómeno paranormal que llamamos milagros…

Se pedía limosnas durante la celebración, al llegar a la casa de las Santas y pedirles un donativo para el culto de la diosa, ellas, respondieron que solamente adoraban al verdadero Dios creador del mundo y de todas las cosas, y que no contribuirían al culto de una ridícula imagen de barro… Las hermanas fueron ajusticiadas de inmediato mientras que las tropas romanas destrozaban la tienda de alfarería…ellas actuaron en consecuencia y dijeron: «Mirad como vuestro ídolo no está hecho de mejor barro que nuestros botijos» y el ídolo quedó destrozado en mil pedazos. Por destruir el ídolo fueron enviadas a las cárceles romanas en Sevilla o también denominado como Pretorio o Palacio de Justicia, que estaba donde está hoy la iglesia de la Santísima Trinidad (C/ María Auxiliadora antigua calle Arrebolera, hoy en plena Ronda de Capuchinos). El prefecto Diogeniano las condenó… siendo antes cruelmente torturadas, durante este suplicio las dos hermanas se encomendaron a la Virgen y su calabozo, según cuentan las crónicas, se iluminó por una silueta del que surgió la imagen de la Virgen -a la cual profesaban tanta devoción- y sus tremendos dolores desaparecieron. El Obispo Sabino les otorgó la comunión tras sobornar a la guardia romana. Justa murió víctima del martirio y la fiebre, Rufina murió degollada con 18 años…tras sobrevivir al circo. Los restos de ambas santas fueron enterrados en el cementerio de cristianos siendo el encargado de esta penosa labor el obispo Sabino, quién se trasladó a lo que actualmente es la iglesia de los Padres Capuchinos en la llamada Ronda de Capuchinos y volvemos al presente encontrándonos nuevamente en esta misma ubicación.

Así pues tenemos en Santa Justa y Santa Rufina a las patronas de la ciudad junto con la Virgen del Pilar.

 

LA LEYENDA DE LA ‘REJA DEL DIABLO’

LA LEYENDA DE LA ‘REJA DEL DIABLO’

Por: Jose Manuel García Bautista

Es una de esas historias eternas que se cuentan en Sevilla y que tiene como escenario a una de las más destacadas casas del mítico Barrio de Santa Cruz. Nuestro misterio, y nuestra leyenda, de hoy nos lleva a conocer un poco mejor la llamada «Reja del Diablo» en la plaza de Alfaro, una manzana donde se encuentran otros muchos edificios destacados pero que el más solariego de ellos es el que nos va hacer mirar con atención a uno de los ornamentos de su ventana.

Se encuentra muy cerca del no menos legendario lugar de los Jardines de Murillo y del Callejón del Agua, el mismo que centra las evocadoras fotografías de muchos turistas o sevillanos enamorados de la ciudad hacen. Casi en la esquina encontramos nuestra casa, allí es donde la imagen de una reja muy particular llama nuestra atención: no tiene los barrotes ni soldados ni pegados, como si fuera de una unión antinatura permanecen unidos al estar entrelazados, como si el hierro se hubiera convertido en plastilina infantil y se hubiera dejado modelar. Quizás es esta característica la que ha hecho que muchos digan de esa reja que la forjó el mismísimo Diablo como si de una de las leyendas de Bécquer se tratara. Y esa historia la que muchos touroperadores comentan a pie de casa sin tener en cuenta, en muchas ocasiones, la realidad de su realización o lo que pensarán los propietarios de esa casa, algunas veces cansados de escuchar mil y una historias sin sentido.

La técnica de realización de la reja tiene poco de paranormal o de demoniaco, se trata de una reja machihembrada efectuada bajo una forma llamada de punzonado que la hace casi imposible de imitar y original.

Este tipo de rejas no se hacía en Sevilla sino que eran fabricadas fuera teniéndose constancia de otras en diferentes puntos de nuestra geografía. Un taller de forjado en Úbeda o Jaén parece ser que, en la época, se especializaron en ella. La dificultad para su realización es grande y sólo los maestros eran capaces de hacer una igual por eso decía de ella que «sólo el Diablo podía ser su creador» aunque este tipo de reja también tiene sus iguales en Florencia, en Austria o en la localidad española de Sitges.

La propietaria de la casa, buena amiga, dice orgullosa que “se trajeron piezas de muchos lugares de Europa, piezas muy bonitas pues sus familiares eran amantes del arte” y esta pieza es, sin dudas, la joya de la corona.

 

LOS TRABAJOS DE JULIO CÉSAR… EN SEVILLA

LOS TRABAJOS DE JULIO CÉSAR… EN SEVILLA

Por: Jose Manuel García Bautista

Fue bajo el dominio de Julio César cuando se comienza a construir la muralla que le daba la vuelta a Sevilla, al principio la ciudad eran cuatro calles que cogían las Cuesta del Rosario, San Isidoro y muy poco más, pero todo ello en la época fenicia. Los romanos la tomaron y decidieron fortificarla, lo primero era agrandar los límites de la ciudad. Los romanos vencieron en la batalla de Munda, vencen a Pompeyo, a sus tropas aquí en el Sur, el 17 de Marzo del año 43 a.C., de aquella batalla se dice que Julio César trajo a Sevilla la cabeza del hijo de Pompeyo, de Gneo, y la expuso en la plaza del Foro que hoy estaría ubicada en la Alfalfa.

En el año 45 a.C., se comienza a construir la muralla, con el llamado “opus caementicium” que era una especie de hormigón o “mortero romano” de una dureza sin igual… Primero cubrió un espacio pequeño para ir abriéndose y abrigando a la ciudad que iba expandiéndose, ocupó la zona de la Catedral, Mateos Gago, la Puerta de la carne, la Puerta Osario, la calle Alhóndiga, la Plaza de Villasís, la calle Cuna y el Salvador para regresar a la Catedral.

Luego vendría una segunda ampliación cuando la Híspalis romana cogió peso tras el emperador Augusto. Y entonces cubrió San Martín, la calle doctor Letamendi, la calle Feria, Resolana, la Macarena que es donde tenemos una mayor parte de ella, la Puerta de Córdoba y la Puerta Osario amén de la zona del Alcázar que debía estar fortificado.

La calle principal en tiempo de los romanos se llamaba “Cardo Máximo”. Aquella calle iba desde la muralla de Mateos Gago hasta la Puerta de la Macarena por Abades, Cabeza del Rey don Pedro, Alhóndiga, calle Bustos Tavera y calle San Luis, todo ellos con sus calles que las cruzaban o “decumanos”, destacan la Cuesta del Rosario, la calle Águilas, San Esteban hasta la Puerta de Carmona. O la calle del Sol por Imagen y Laraña hasta la Puerta de la Muralla en Villasís con la llamada Puerta del Sol.

Luego estaba el “decumano inferior” que iría desde la calle Relator, Fray Diego de Cádiz pasando por la Alameda de Hércules camino de la Puerta de Córdoba con la Puerta de la Macarena, que viene su nombre “Macarena” de “Macarius-ena” o “Propiedad de Macarius”, un romano rico que se llamaba Macario y que era el dueño de aquellos terrenos. Había 166 torres de vigilancia.
Después fueron los árabes los que se encargaron de robustecer las murallas “heredadas” de los romanos, fue el sultán Alí Ibn Yusuf quién modificó el recorrido y lo amplió en función de las necesidades de la ciudad.

En el año 844 los vikingos atacan Sevilla y es el emir Abderramán II el que ordena reconstruir las partes dañadas en el asalto, su sucesor, Abderramán III, en el 913 d.C., ordena destruir las puertas romanas de acceso. En este ir y venir de las murallas es el primer rey del reino Taifa de Sevilla, Abú al-Qasim, el que en el año 1023 d.C., manda levantar de nuevo las murallas con sus trece puertas y seis postigos.

Los tiempos modernos hicieron que en 1868 se derribaran parte de aquellas murallas, quedando hoy día la mayor parte en La Macarena, que son Patrimonio de la Ciudad, allí aún están en pie siete torreones cuadrados y uno octogonal, también en los jardines del Valle y en el Alcázar o los restos en la calle San Fernando que son parte del mismo. Estas murallas fueron las mejores de Europa, nada parecía que se iba poder resistir a la fuerza de esta ciudad que tendría una gran importancia en los siglos venideros… Nada excepto el Tiempo…

 

LA LEYENDA DEL LEGO INTELIGENTE

LA LEYENDA DEL LEGO INTELIGENTE

Por: Jose Manuel García Bautista

Las leyendas sevillanas encierran hermosas historias que, todas, dejan un pozo de sabiduría y una metáfora de la que aprender. De esa misma sabiduría vamos a beber hoy con esta hermosa leyenda del “Lego Inteligente”.

Los hechos que narramos a continuación tuvieron lugar durante el reinado de Pedro I, monarca que, no sé si por su especial carácter o por la época que le tocó vivir, dio pie a numerosas leyendas, algunas de las cuales se han reflejado ya en estas páginas.

Sucedió que dicho rey visitó cierto día el convento Casa Grande de San Francisco, encontrándose que el prior, que tenía fama de persona sabia, se hallaba ausente, pues había acudido a predicar una novena a Jerez de la Frontera. No se sabe si la visita se había comunicado con antelación o si, por el contrario, don Pedro se presentó de improviso en el convento, pero el caso es que el monarca montó en cólera y ordenó que al día siguiente sin falta compareciera en palacio el ausente prior.

Enterado éste de la furia del rey, y conociendo cómo se las gastaba el susodicho, no sabía qué hacer: si acudir a la llamada, huir a Francia o directamente tirarse desde la Giralda.

Conocedor todo el convento de la disyuntiva de su mandatario, fue un humilde lego, que trabajaba en las cocinas hasta poder pronunciar sus sagrados votos, el que acudió en su ayuda.

– No os preocupéis, Padre, que yo acudiré en vuestro lugar, haciéndome pasar por vos, y comprobaréis que me doy maña en calmar a Su Majestad.

Así se le quedó la carita al prior cuando se enteró del enfado del rey.

El prior poco tenía que perder ante semejante ofrecimiento, por lo que accedió al engaño. Y así, al día siguiente, el joven lego se presentó ante el rey don Pedro, con el hábito de su superior y la capucha puesta para que no se descubriera la sustitución.

El rey expresó su enfado al presunto (palabra muy de moda en la actualidad) prior, que se excusaba una y otra vez hasta que el monarca, cansado ya de tanta charla inútil, dijo al fraile:

– Tengo entendido que gozáis de notable fama de sabio. ¿Es así?

– Procuro ayudar a todo el que me pregunta, mi Señor, siempre desde la humildad y mi escasa sabiduría.

– Pues me habréis de demostrar si la fama es merecida o no. Os haré tres preguntas; si quedo satisfecho con las respuestas os podréis ir en paz, pero si no es así, el convento deberá nombrar nuevo prior porque mandaré que os decapiten.

El lego, confiado en que su ingenio le permitiría sortear la difícil situación en que se encontraba (la verdad es que no tenía otra opción) asintió a las palabras del rey.

– Primera pregunta –dijo don Pedro- ¿Cuánto valgo yo?

Tras pensar brevemente, el muchacho respondió:

– Pues yo diría que veintinueve reales de plata, mi Señor, porque si a Jesucristo lo vendieron por treinta monedas, no creo que Vuestra Majestad pretenda valer más que Nuestro Señor.

Un murmullo de sorpresa y aprobación se extendió por toda la sala, ante lo singular y acertado de la contestación.

Y este el panorama ante el que se situaba.

– Me place la respuesta. –contestó el rey- Parece que vuestra fama no es inmerecida. Contestadme, pues, a la segunda pregunta: ¿Dónde se encuentra el centro de la Tierra?

– Es una pregunta fácil, Majestad. El centro de la Tierra se haya bajo vuestros pies, y no porque seáis el rey sino porque, al ser la Tierra redonda, en cualquier sitio en el que nos encontremos tiene bajo ella el centro.

– Bien contestado, a fe mía –afirmó don Pedro.- Veamos si conocéis la respuesta de la tercera pregunta: Decidme una cosa en la que esté equivocado.

Se trataba de una pregunta con trampa porque, en aquellos tiempos, llevarle la contraria al rey equivalía en la práctica a ser ejecutado. Sin embargo, el lego no se arredró y, con gran desparpajo, respondió:

– Es la más sencilla de las tres preguntas, mi buen Rey. Vuestra equivocación es pensar que estáis hablando con el prior de San Francisco cuando, en realidad, conversáis con un humilde lego de las cocinas del convento.

Y acto seguido se levantó la capucha, dejando ver su rostro.

Don Pedro se quedó con la boca abierta al comprobar el engaño para, a continuación, romper a reír a carcajadas. Los componentes de la Corte, que se habían quedado helados ante la confesión, prorrumpieron en risas y aplausos.

Tan complacido estuvo el rey que nombró al lego prior del convento, enviando al anterior a otra ciudad “en la que se apreciara más su sabiduría”.

 
 
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