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7 cosas desconocidas sobre Juana de Arco

25 Ene

El pasado 6 de enero se conmemoró el 600 aniversario del nacimiento de Juana de Arco, aunque sólo supuestamente, porque no existen registros oficiales sobre la fecha y ella sólo pudo intuir vagamente que tenía 19 años cuando se le preguntó al ser juzgada por herejía en 1431. Fue en los años posteriores a su ejecución cuando se empezó a conmemorar su nacimiento el 6 de enero, día de la Epifanía para los católicos. Estas son algunas curiosidades sobre la legendaria Doncella de Orleans.

1. El verdadero nombre de Juana pudo ser Jehanne dArc, Jehanne Tarc, Jehanne Romée o posiblemente Jehanne de Vouthon, pero ella no utilizaba ninguno de estos.

Juana no procedía de un lugar llamado Arc, como la típica anglicanización del apellido de su padre, dArc (a veces traducido como Darc o Tarc), podría implicar. Por el contrario, Juana se crió en Domrémy, una aldea del noreste de Francia, y fue hija de un granjero y su devota esposa. Durante su juicio ante un tribunal eclesiástico en 1431, Juana se refiere a sí misma como «Jehanne la Pucelle» (Juana la Doncella) e inicialmente declaró que desconocía su apellido. Más tarde declaró que su padre se llamaba Jacques dArc y su madre Isabelle Romée, y agregó que en su pueblo natal a menudo las hijas tomaban el apellido de sus madres. En la Francia medieval, donde el nombre de la familia no se utilizaba mucho, «Romée» simplemente designaba a una persona que había hecho una peregrinación a Roma o a otro significativo destino religioso. Algunas fuentes sugieren que el nombre de la madre de Juana era Isabelle de Vouthon.

2. En la actualidad, algunos médicos e investigadores han diagnosticado a Juana de Arco con trastornos que van desde la epilepsia a la esquizofrenia.

A la edad de 12 o 13 años Juana empezó a escuchar voces y a experimentar visiones que ella interpretaba como señales de Dios. Durante el juicio declaró que los ángeles y los santos al principio le dijeron que debía asistir a la iglesia y vivir piadosamente. Más tarde le encomendaron salvar a Francia de la invasión inglesa y restituir en el trono como rey legítimo al heredero sin corona, Carlos VII. La doncella afirmaba que una luz brillante acompañaba a menudo sus visiones y que oía las voces más claramente cuando sonaban las campanas. En base a estos datos, algunos expertos sugieren que Juana sufría numerosos trastornos neurológicos y psiquiátricos que eran los que provocaban sus alucinaciones, como migrañas, trastorno bipolar y diversas lesiones cerebrales, por mencionar sólo algunos. Sin embargo, otra teoría sostiene que contrajo la tuberculosis bovina, que puede causar convulsiones y demencia, por haber bebido leche no pasteurizada y haber cuidado del ganado durante su infancia.

3. Mientras comandaba el ejército francés, Juana no participó activamente en los combates.

Aunque ha sido recordada como una «guerrera valiente» y como una heroína de la Guerra de los Cien Años, Juana de Arco nunca participó en una batalla ni mató a ningún enemigo. Acompañaba a sus hombres como una especie de mascota que les daba ánimos blandiendo una bandera en lugar de un arma. También desarrollaba estrategias militares, dirigía a las tropas y proponía soluciones diplomáticas en el conflicto con los ingleses. A pesar de mantenerse a distancia de la primera línea del frente, Juana resultó herida al menos dos veces: una flecha en un hombro durante la campaña de Orleans y otra en el muslo durante el intento fallido de liberar París.

4. Juana de Arco tenía mal genio.

Una vez que tomó el control del ejército francés, Juana no dudaba en regañar a caballeros de prestigio por ir mal vestidos, por su comportamiento indecente o por no asistir a misa. Incluso acusó a sus nobles mecenas de falta de carácter en su trato con los ingleses. Según un testigo en la reapertura de su proceso, en una ocasión Juana soltó un bofetón a un soldado escocés de los que se habían unido a Francia durante la guerra, por comer carne que había sido robada. Alejó a las prostitutas que seguían al ejército a punta de espada hiriendo a una o dos en el proceso. Cuando la estaban juzgando y un sacerdote con un marcado acento regional le preguntó en qué idioma le hablaban las voces, ella respondió que hablaban francés mucho mejor que él.

5. Contrariamente a la creencia popular, Juana de Arco no fue quemada por brujería, por lo menos no técnicamente.

Después de caer en manos enemigas en 1430 Juana fue juzgada en la fortaleza de Rouen por un tribunal eclesiástico. Los 70 cargos en su contra iban desde brujería hasta el robo de caballos, pero en 1431 se redujeron sólo a 12, la mayoría relacionados con el uso de ropa masculina y por afirmar que Dios hablaba directamente con ella. Le ofrecieron cadena perpetua a cambio de admitir su culpabilidad, y firmó un documento en el que confesaba sus culpas prometiendo cambiar sus maneras. Varios días después, posiblemente debido a amenazas de violación por parte de sus carceleros, volvió a vestir sus ropas de hombre. A los jueces que la visitaron enojados por este motivo les dijo que había vuelto a oír las voces. Estos actos le valieron una condena por «hereje relapsa» y la enviaron a la hoguera.

6. Entre 1434 y 1440 los hermanos de Juana hicieron pasar a una impostora como su hermana, clamando que había escapado a la ejecución.

Una de las varias mujeres que se hicieron pasar por Juana después de su muerte, Claude des Armoises, tenía cierto parecido con ella, y supuestamente había participado en campañas militares vestida de hombre. Ella y dos de los hermanos de Juana, Jean y Pierre, diseñaron un plan por el que Claude se presentó en Orleans diciendo que había huido de sus captores y que se había casado con un caballero mientras vivía en la clandestinidad. El trío recibió regalos de lujo y era invitado a fiestas, hasta que finalmente Claude admitió el engaño ante Carlos VII, cuya ascensión al trono había dirigido Juana en 1429. A pesar de su participación en el engaño, Jean y Pierre desempeñaron un papel clave en el éxito de la petición al Papa Calixto III para que se hiciera un nuevo juicio a Juana.

7. Juana de Arco inspiró el popular corte de pelo «bob» que se puso de moda en París en 1909.

Las voces que ordenaron a la adolescente Juana usar ropa de hombre y expulsar a los ingleses de Francia, también le ordenaron cortarse el pelo. Lo llevaba estilo «paje», común entre los caballeros de su época, hasta que los guardias le afeitaron la cabeza poco antes de su ejecución. En 1909, un peluquero de origen polaco conocido como Monsieur Antoine -uno de los más reputados de París- empezó a realizar ese corte a sus clientas y lo llamó «bob», citando a Juana de Arco como su fuente de inspiración. En realidad ese peinado se puso de moda en la década de 1920, popularizado por estrellas del cine mudo.

Fuente: History in the headlines

 
 

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